Episode 36: 36. Carta de Victoria Ocampo a Waldo Frank 1930

00:00:00 - Carta de Victoria Ocampo a Waldo Frank, 1930. Una tarde de octubre de 1929 caminábamos juntos por Palermo. Había el aire la pesar desde la tormenta y el olor de las rosas y de la tierra era compacto como niebla, pero atravesábamos sin sentir esa dulzura. Usted me reprochaba con violencia, una inactividad y yo lo reprochaba no menos violentamente que me supusiera usted apta para ciertas labores. Entonces, por primera vez, el nombre de esta revista, que no tenía nombre, fue pronunciado. No sé, a la hora en que escribo, si conoce ya su nombre, fue escogido por teléfono a través del océano. Por lo visto, todo el Atlántico se necesitaba para este bautismo. Teníamos varios nombres en la cabeza, pero no logramos ponernos de acuerdo.

00:00:56 - Entonces, llamé por teléfono a José, por Tegue Gacete, en España.

00:01:00 - Esa geste tiene la costumbre de bautizarnos.

00:01:04 - Así, Ortega no vaciló y entre los nombres enumerados sintió en seguir una preferencia.

00:01:09 - Sur, me gritaba de Madrid.

00:01:12 - Volví con ese nombre de mi pesca telefónica y lo clavábamos con la fecha en la tapa de la revista.

00:01:20 - Gualdo, en el sentido exacto, esta revista es su revista y las de todos los que me rodean y me rodearán en el gobierno de los que han venido a América, los que piensan en América y de los que son de América, de los que tienen voluntad de comprendernos y que nos ayudan tanto a comprendernos a los otros mismos. Las cualidades de su América, Gualdo, son secretas como las cualidades de la mía. Lo que su américa grita con voces tridentes, no es tal vez exactamente lo que grita la mía, pero nuestro odio va a ser ello por la misma causa. La américa y la mía es que íbamos para simplificar nuestra américa, ya que el tesoro escondido que buscamos en ellas es el mismo es un país por descubrir, y nada nos incita más al descubrimiento.

00:02:18 - Nada nos pone más seguramente el rastro de nuestra verdad, como la presencia, el interés, la curiosidad, las reacciones de nuestros amigos de Europa.

00:02:28 - Lo que desde ya sabemos afirmar de América es que estamos enamorados extrañamente de ello.

00:02:36 - Prueba que arroja sobre nuestras incapacidades e imperfecciones capacidades e imperfecciones, una luz resplandeciente y cruel. Este amor se dirige a lo que está más allá de nosotros y parte de lo que está más allá de nosotros. Tener conciencia de ellos y sufrir por ellos es saludable. Así está usted. Así estamos nosotros enamorados de América.