Episodio 2: Tradición oral de los abuelos

´Si ves a una mujer en el monte, mírale la pata y si es de palo, corre que te lleva la tunda`, ´si llueve y sale el sol, es porque la tunda está pariendo`, expresiones tradicionales que perduran en toda la costa del Pacífico, gracias a la tradición oral que ha pasado de generación en generación a través del voz a voz de los abuelos nos contaban en medio de la sala de la casa y con las orejas levantadas, era mejor que el televisor, la forma de contarla era como si la estuviéramos viviendo, todo esto más que hacernos volar la imaginación, era una manera de enseñarnos que no debíamos desobedecer para que no nos sucediera lo mismo y dejaba una gran lección.

Además, para mantener su supervivencia, los abuelos se ´compincharon` con la palabra, utilizando el relato y la conversa para comunicarse, transmitiendo y recreando su cotidianidad de boca en boca. Sus creencias y estilos de vida van ligados a la tradición oral del Pacifico que se ve manifestado en los cuentos, leyendas y mitos que son transmitidos de padres a hijos en su sitio de origen, pero que en realidad son aquellos abuelos los que hacen que se mantenga ese espíritu oral que se ha ido perdiendo y esas voces se van silenciando a medida que ellos se van muriendo.

Esas historias que son contadas por los abuelos no se registran por eso se va quedando perdida en el aire, pero prevalecen en los recuerdos de los que aún quiere que se mantenga viva esa memoria. Los mejores fueron los de aquellas mujeres que gritaba a la madrugada por sus hijos y se vestía de negro la llorona, algo estremecedor pero algunos abuelos por fortalecer su historia decían que la veían. ¡Para que no fuera uno al monte nos contaron la madre monte y la tunda donde nos podía llevar y deambular en el monte de por vida… la piel se nos erizaba! El Duende aquel enano de sombrero grande que enamoraba a las adolescentes y se las llevaba con él. El riviel navegando en el río a la madrugada, la patasola que causaba escalofríos con verla. Todo eso son las historias que se ha ido perdiendo y hay muchos más, pero yo sé que algunos extrañamos esos momentos que nos hacían ver el mundo de fantasías desde nuestra imaginación.

Para cada cosa había un cuento, mito o leyenda por ejemplo para Semana Santa debíamos guardar el respeto a Dios porque moría y quien saltaba los pies se les cortaba o si se iba a bañar al río se volvía un pescado, no se podía tomar licor porque caía un rayo del cielo porque eran días santos. En Navidad aquellas historias de arrullos al Niño Dios porque el recién nacido era el hijo de Dios y era una fiesta. En las fiestas de la Virgen del Carmen y San Buenaventura cuando los santos se ponían pesados no se podían sacar a la procesión porque estaban tristes por algún acontecimiento. Muchas historias que nos hicieron revivir y darnos las mejores fantasías en nuestra mente, gracias aquellas tradiciones orales alimentan nuestras vidas y que dejan huellas.