Episode : NUBES DE TELA

00:00:00 - En el año 1492 cuando menos esperaba en un lugar del mundo se encontraban unos indios disfrutando de su vida como hace mucho tiempo atrás, con sus tradiciones y costumbres las cuales para ellos eran suficientes para vivir, pero un día una hermosa india al pico de unas montañas observó unas nubes un tanto extrañas pues no tenían la forma de estas no eran acolchadas y suaves como aparecían. Su curiosidad era de un tamaño infinito y tan sólo le pedía a los dioses poder conocer tal misterio. Ese día le fue concedido. Un 12 de octubre del año 1492 pudo darse cuenta que las nubes eran telas y que estas telas eran el impulso de grandes canoas como ellos lo conocían. Lo más misterioso de estas fueron los personajes que venían en ellas pues llegaron muy amables con lenguas distintas, vestidos diferentes y tono de piel pálida. Al inicio, todo era normal.

00:01:05 - Aquellos sujetos deseaban conocer su vida, sus tradiciones y se tornaban con gran amabilidad, pero esto duró muy poco tiempo, pues el tiempo del engaño llegó. Comenzaron con los alimentos, se les llevaban sus productos y les dejaban cosas de poco valor, después sus riquezas, sus mujeres, sus animales. El engaño envolvió a muchos, devastó a casi todos, dejando a los extranjeros como dueños de todos y a los verdaderos propietarios como esclavos. Aquella hermosa India recordaba el día en que pidió a los dioses conocer las nubes. Y en la tierra lloraba repentida, pues creía que era su culpa todo lo que sucedía su pueblo. De repente un día, un extranjero, un bucolido le llevó la cruz, que trató de que ella se convirtiera, pero ella tan solo creía en la madre tierra y en sus dioses. Fueron años duros hasta que la vejez de la hermosa India llegó. Y unos días antes de morir, los dioses le revelaron que nunca fue su culpa lo que sucedió aquel 12 de octubre, que la codicia era el principal el eje y por mucho tiempo ha sido la que dirigía el mundo. Ella respiró hondo y dos desmurió, no sin antes exclamar. Hombre vanidoso y codicioso, dejas pobres a tus ancestros porque claro está que tú provienes de nuestra misma sangre, sangre que reclamará la tierra en el momento de ser juzgados.