Episodio : 42. Primer cargo comercial
00:00:00 - Primero cargo comercial, a finales de septiembre de 1967 mi cuñado Pedro Montesuma había ido a asendir un examen de admisión en la Casa Medler de Pasto y no pudo asistir al trabajo porque le llegó un nombramiento para las Texas Petroleum Company que iban a construir el olioducto ahorita por tu mayo a tu mal con harina. De inmediato fue a la medler y comunicó lo sucedido y
00:00:52 - Y por lo que pase, me recomendó a mí, Don Augusto Netlener le contestó que me informara para que me presente el próximo lunes. Llegué a Pasto y a las 8 y media de la mañana estuve en la Casa Medles, que era la representante de toda la distribución nacional. En ese entonces no había presentarías ni línea blanca, etcétera. Me entrevisté con Don gusto Lennard y me hizo un examen muy corto y como había hablado con Pedro ya sabía que me podía preguntar. El examen de mecanografía me dijo escriba lo que quiero yo inicié y escribí adjunto a la presente me permite enviarle lo siguiente don Augusto no me dejó escribir más me dijo suficiente usted es un excelente mecanor luego me dijo que es más una gruesa 12 docenas o 144 pies yo le contesté que era lo mismo y así preguntas por el estilo como el primero de octubre de 1967 cae domingo venga desde el dos para que siga trabajar esa tarde me me fui contento a ver huecos por la rinconada y con la felicidad le comuniqué a Rita que me aceptaron para trabajar en la casa médica. Empecé a arreglar la ropa y el domingo siguiente me fui a Pasto para trabajar el lunes. Llegué y me presenté al gringo y lo primero que me dijo fue, lo veo bien arreglado, pero a esta empresa es obligatorio venir con corbata todos los días, por consiguiente vaya, póngase la y regresa. Los primeros días llegué donde mi cuñada socorro y después rusqué una pieza en la calle 21 con 23 tras de la medla y la alimentación en el cubo a 50 metros de la medla. De primer mes compré a plazas una bicicleta con cambios y barrilla y todos los días a las 5 de la mañana entrenaba por la carretera vieja que va al norte y a los dos meses subía tranquilamente hasta el kilómetro 7 donde terminaba la cuesta. Allí me di cuenta que estaba preparado para ir a Berruecos.
el siguiente sábado me volaba del trabajo a las 11 de la mañana a almorzar y regresaba el 20 minutos y a las 12 salíamos del trabajo yo corría a la pieza después de marcar la tarjeta me cambiaba en una y en una casa ponía la ropa sucia y la amarraba en la parrilla y salía rumbo a Berruecos y a las tres de la tarde estaba llegando. El transporte era muy difícil, escaso. Muchas veces uno se quedaba con el viaje porque no había puesto ni siquiera en la parrilla. Esto lo hice hasta 1968 que lo ve el traslado de Rita, primero a Genoy y después a Pasto. Al mes me llamó Don Augusto y me dijo, le informo que estoy muy contento con su trabajo. Todo lo que apta va a ser bien, lo felicito, y quiero que aprenda el ramo de comercio exterior para ponerlo a que atienda a los proveedores nacionales y extranjeros.00:04:27 - Mi trabajo era la liquidación de todas las facturas, contestar la correspondencia, hacer los pedidos, etc. Era el secretario de don Augusto. En un acetato grande como un plato de me dejaba dictando las cartas que tenía que escribir, etcétera, y era algo similar a ondisman, portátil que en esos tiempos ni existía, y con abrío no se escuchaba y escribía lo que de un agusto me dejaba. Los pedidos me enseñaba a hacerlos y todo era lacónico. Cuando llegaba a una gente viajero me lo presentaba y me indicaba lo que tenía que hacer, hasta que lo conocía a todos los despachadores y agentes y me puso a atenderlo yo solo.
00:05:16 - Se establecía unos factores de compra y tomando las existencias simplemente se pedía lo que necesitaba. Para mí el trabajo era Mamei, pensando en mi drama del campo de mi angustiosa situación económica, propiamente de esclavitud, rígido por las costumbres campesinas que no le dan en realidad el carácter de delito a las actuaciones irresponsables, el maltrato, etcétera y gracias a Dios se empezaban a abrir las puertas en una casa comercial realizándose en mis sueños que durante varios años anhelé. Don Agustiano se esclavizaba en a mesles, salía y empezó relacionarme con los bancos, seguros, etcétera, por fin me dijo, aquí todos son sindicalizados y sé que a usted pronto lo van a llamar para que se habille. Usted es libre de hacer lo que quiera, pero yo le pido que no lo haga, comprometiéndome a hacerlo los aumentos superiores a los que consigue el sindicato. Usted va a ser la ojeja negra del sindicato, no se preocupe, yo le di las gracias. Francamente me siento bien contento con usted y quiero que delegue algunas cosas con una secretaria comercial que estamos por conseguir y ahora lo voy a mandar a estudiar al Sena, Sectional Nariño Centro Comercial y va a ser varios cursos de comercio especialmente el comercio exterior, desde la próxima semana está patrocinar ustedes inteligentes y tiene la facilidad de adaptar el pensamiento a nuevos exigencios.