Episodio 6: No es normal
Música: Camilo Monery
Preludio
Nuestra cotidianidad está representada en las cosas que queremos, en las ideas que defendemos, en las acciones que llevamos a cabo, en nuestras relaciones e interacción, en el rol que asumimos en un contexto determinado y en la forma en que interpretamos el mundo. De igual manera, existen muchas cosas que nos llevan a una zona de confort que nos obliga a no cuestionar, a ni siquiera pensar o reclamar para transformar lo que no queremos, aquellas cosas con las que no estamos de acuerdo, aquello que pensamos que no debería ocurrir en un mundo con personas que nos decimos inteligentes y de esta manera terminamos normalizando cosas que no son normales, que no deberían siquiera acercarse a esta categoría. Normalizamos el lenguaje así sea ofensivo, las prácticas así hagan daño a otros, los rituales así denigren a las personas y sean doble-moralistas, las decisiones así sean simplemente parte de un sistema burocrático, corrupto y de clientelismo, normalizamos al que trata mal a las personas por tener una posición de poder, la mediocridad porque simplemente no le exigimos a la gente, normalizamos la mentira y la forma en que se denigra de otros, normalizamos la mala calidad de vida porque ya la moral se ha ido al piso y creemos que nada se puede cambiar. Este podcast tratará de reflexionar acerca de todas aquellas cosas que no deberían ser normales, porque merecemos mucho más.
Puntos de fuga
No es normal que creamos que no podemos transformar el mundo, porque nuestra moral la han sepultado muchas veces intentando que no tengamos fuerzas para luchar por aquello que realmente queremos.
No es normal que vivamos en medio del miedo, la angustia y la hipocresía, que no podamos salir a las calles sin temor por nuestras vidas, y sin capacidad de decidir que es lo que realmente podemos o no podemos hacer.
No es normal que una vida valga menos que un celular o unos billetes, no es normal que no podamos caminar tranquilos sin estar mirando atrás.
No es normal que la educación sea un privilegio de pocos, que los trabajos tengan nombre propio, que el ascender sea motivo de celos y de egos, en vez de alegría y orgullo por los demás.
No es normal que el trabajador tenga que ser pasivo, que no pueda reclamar sus derechos, que le pasen por encima, que el poder se ejerza simplemente como una forma de imponerse sobre el otro o humillarlo por creer ser más y no valorar a la persona.
No es normal que una mujer deba dejar de vestirse como quiere, porque en su cabeza solo está el miedo de estar expuesta a piropos, acoso o violación.
No es normal que el machista se justifique por sus actos, que el acosador no se ponga en los zapatos de quien recibe el agravio y siente inseguridad.
No es normal que un político gane más dinero que un maestro, que su labor en el congreso sea gobernar para unos ricos y que su discurso esté lleno de mentiras por doquier.
No es normal que un maestro se la pase formándose para ser mejor, para enfrentar la responsabilidad de enseñar a un grupo de personas que quieren salir adelante y que sus condiciones de trabajo sean paupérrimas y que no se le valore como personas importantes y necesarias para la sociedad.
No es normal que la guerra tenga más presupuesto que la educación y la cultura, que los que arman las guerras las ordenan detrás de un escritorio y que las personas que luchan son personas sin recursos que solo siguen órdenes y que mueren o salen heridos por algo en lo que no creen.
No es normal que tengamos un payaso de presidente, un titiritero que no quiere retirarse, y un banquero como dueño del país que toma todas las decisiones y además se gobierna para él.
No es normal que nuestros impuestos sean los que paguen toda la corrupción de los políticos de mierda que no entienden que hay que gobernar para la gente y no para los interese particulares.
No es normal que un congresista gane el dinero que gana trabajando solo 8 meses al año y que se crean que los eligieron para administrar un negocio y no para gobernar para las personas que los eligieron.
No es normal que un expresidente siga jodiendo la vida y que nuestros impuestos paguen más de 300 escoltas y esquemas de seguridad y que tenga más de 200 investigaciones, y no pase nada.
No es normal que se premie al soberbio, al que grita y al que cree que su ego está por encima de la gente, y no a quien dice la verdad, reconoce sus errores y está dispuesto a cambiar si es necesario.
No es normal que las mujeres no tengan oportunidades por lo que son, por lo que se han formado y por lo que se proyectan, no es normal que un color de piel, un género o una forma de pensar generen etiquetas, no es normal que no respetemos la diferencia y la diversidad que esta trae consigo.
No es normal que el arte y la cultura se vean como algo decorativo, y no como ejes transformadores de la sociedad.
No es normal que una bala defina una vida más que un libro, que un contrato corrupto valga más que un sentimiento, que un soborno esté por encima de la equidad social.
No es normal que la policía sea enemiga de la gente, que las personas se cambien de acera cuando ven una patrulla, que los retenes sean un cajero automático sin control ni seguridad.
No es normal que todo sea un negocio, que tengamos más impuestos que beneficios, que cada vez los jóvenes trabajan en condiciones precarias y ven más lejos su jubilación.
No es normal que tengamos tantos peajes, tan caros y en tan poca distancia, cuando las vías por las que transitamos son una vergüenza. No es normal que exista un peaje en la mitad de la línea que hace un cuello de botella y un trancón impresionante y que no podamos reclamar.
No es normal que duren haciendo un túnel más de 12 años, que lo entreguen sin terminar, que hagan una inauguración con una placa enorme como un monumento a la mediocridad. No es normal que quien hace nuestras vías sea quien controla los peajes, quien maneja las pensiones, quien demanda al estado, quien recibe los subsidios y quien por más que haga mal las cosas siempre ganará.
No es normal que no respetemos los puestos para personas con discapacidad en hospitales, centros comerciales, restaurantes, o cualquier lugar de encuentro dentro de las ciudades.
No es normal que los recursos se los estén robando a las personas para darlos a multinacionales. No es normal que no respetemos la ancestralidad. No es normal que no sepamos quienes somos ni nuestra historia ni nuestra voz.
No es normal que no entendamos que si no salimos de ese círculo vicioso de mentiras, engaños, corrupción, maltrato y conveniencia, nada va a cambiar.
No es normal que no creamos en la gente, y que nuestra palabra no valga nada porque nadie cree ya en las buenas intenciones, en una mirada honesta, en un abrazo, en un sentimiento o en una emoción. No es normal que pasemos la vida intentando sortear tantos obstáculos y que los resultados sean los mismos por no luchar. No es normal que creamos que la vida es esto. Somos seres sociales y pensantes y a mi juicio, necesitamos más, mucho más.
No es normal que todo esté tan normalizado. No es normal que yo les cuente esto, Solo repito, no es normal. ¿Qué cosas no son normales para usted? ¿Cree que estoy exagerando? ¿Qué es lo que realmente deberíamos normalizar? ¿Podremos en algún momento creer en un país mejor? Recuerden que todas las opiniones son válidas, espero que las compartan en mis redes sociales, @camaleonenojado en instragram, @andresnovoa en Facebook, al correo [email protected] o en podnation.co
Reflexiones finales.
Hay tantas cosas que se han normalizado en la vida que parece que lo que si debería ser normal es una transgresión a la regla.
Actúe bajo sus propios parámetros, tenga principios, valores, estructuras que le permitan asumir el mundo de una manera distinta. Trate de reconocerse y saber quien es, para que es bueno, para que vive este mundo, y trate de ser feliz, a pesar de todo.
Recuerde que la vida es ahora y no mañana, que no se debe quedar callado ante las injusticias, y aunque el juego está planteado con unas normas que no son normales, no quiere decir que usted deba seguirlas, o ser hipócrita, corrupto o mala persona. Solo usted sabe que quiere hacer y a donde quiere llegar.
No coma entero, infórmese mucho, lea mucho, opine y reflexione de la vida.
Empiece por confiar en usted mismo para confiar en los demás. Hay que leer a las personas y aprender a comprender los diferentes universos e identidades que existen.
Elija a consciencia, tome decisiones, tenga una esencia y nunca pase por encima de los demás. Es importante dejar a un lado todo lo que se ha normalizado y empezar a transformar para vivir mejor.
Con esto finalizamos este episodio de “Kuwoxati podcast”. Sígame en @camaleonenojado en Instagram, en @AndrésNovoa en Facebook, o escriba a través de la plataforma de podnation.co
Nos encontramos pronto. Buena energía.