Episodio 7: Chewbacca y yo
Música: Camilo Monery
Hola, mi nombre es Andrés Novoa y esto es KWX kuwoxati podcast.
Episodio No 7
Chewbacca y yo
Preludio
Cada vez que trato de pensar mi vida sin Chewbacca es imposible, desde que llegó, se convirtió en una compañía vital para todo, tal vez construyo mi cotidianidad desde mi relación con él y ha cambiado mis dinámicas en todos los sentidos. Es una sensación extraña, nunca había tenido mascotas más allá de algún pollito que me gané en alguna fiesta de mago y que murió en condiciones extrañas; o las mascotas de mis amigos que siempre de manera indirecta compartieron conmigo esa experiencia. Es raro pensarlo, pero comprendo a mis padres, no les gustaron nunca las mascotas, tal vez mi mamá (con toda la razón) pensaba que eso le representaba más trabajo en la casa así nosotros dijéramos que íbamos a encargarnos de todo (si, como no), ahora comprendo que no hubiera pasado jamás que nosotros tomáramos esa gran responsabilidad, dado que una mascota es en todo sentido, para jugar con ella, para amarla, para correr, para dormir, para consentirla, para hablarle o cantarle (es mi caso), pero también es para sacarla a pasear, recoger sus cagadas, etc., etc. Por otro lado mi papá, en su silla de ruedas, nunca se imaginó un peludo a su lado, y además, no lo culpo, tiene una enfermedad que le ha afectado los ojos, que aunque no se ha demostrado, el primer sospechoso puede ser un gato, mi viejo tiene toxoplasmosis que últimamente le ha hecho perder mucho la visión, tal vez por todo esto nunca pude vivir la experiencia de tener una mascota viviendo con mis padres, y cuando viví solo no me atreví a hacerlo hasta hace año y medio que con Sara decidimos arriesgarnos a tener a Chewbacca.
Puntos de fuga
Chewie, chewbacca, chino, mono, verriondo, suelta esa media, ese cojín no es para romper, tienes tus juguetes, ternurita, lindoooo, son las millones de formas de nombrarlo y todas tienen su momento y su significado. Quiero contarles que cuando recorrimos el camino al albergue donde lo adoptamos fue un cagazo para mí, y lo fueron los siguientes días. No sabía que hacer, ni como actuar, ni como hablarle, algo bastante impensado en otro momento de mi vida. Caminamos entre paredes y mallas que separaban grupos de perros, recuerdo que me acompañaron Emilia y Nico, mis sobrinos y por supuesto Sara con las cuáles hicimos todo el proceso legal y emocional para escoger quien sería nuestra compañía. Varios nos coquetearon, no lo puedo negar, pero fue en un momento determinado cuando llegamos a un espacio donde había alrededor de 15 perritos, todos peques, y todos se lanzaron a la malla para lamernos, mover la colita y tratar de convencernos con una mirada de aquellas. Nosotros emocionados veíamos todo, pero al fondo apareció un apático, un tímido que miraba coquetamente sin acercarse, un peludo que sentado, no dejó de mirarme y por momentos se hacía el interesante. Allí todos fijamos nuestra atención en él y dijimos “ese es”.
Camino a casa fue difícil, nos meo, se cagó, estaba nervioso, era un peludo que había sufrido de abandono, que estaba golpeado y con heridas, que fue encontrado en una carretera y que ahora estaba frente a unas personas que no sabía quienes eran. De camino a casa pensamos en que nombre podíamos ponerle, y pasamos por varios nombres, icónicos como Mufasa, y comunes como Mateo, pero yo que iba manejando por un momento lo vi en el retrovisor, lo vi todo peludo y gruñón, y recordé todo lo que amaba ver las películas de Star Wars, lo que admiraba a Han Solo y su gran amigo. Ahí lo supe, Chewbacca llegó a nuestras vidas, y desde ese momento tomó esa identidad. Es más, cuando llegamos dije la frase que estaba lista para decir y que fue el inicio de todo “Chewbacca, estamos en casa”. Espero que muchos entiendan lo que significa esta frase.
Fueron momentos difíciles, lucha contra las pulgas, iniciar la búsqueda de un veterinario de confianza, la comida acertada, las cagadas, los juegos, me sentía como un papá primerizo sin saber que hacer. Les cuento una, nuestra primera veterinaria fue una criminal, sin cariño ni respeto por Chewie cuando le vio las pulgas su consejo fue que lo rociáramos con vinagre, como un inexperto miraba con desdén, menos mal san google nos volvió a la tierra y desertamos de ese lugar como si estuviéramos huyendo de Jabba en el halcón Milenario.
Con la experiencia dimos con buenos veterinarios que siempre han amado a Chewie, y por supuesto él se hace amar. Hemos pasado momentos difíciles cuando se ha enfermado y lo hemos extrañado cuando nos ha tocado hospitalizarlo. Maldita sea, parece una aspiradora y se come todo lo que encuentra en el piso, adentro y afuera. Pero ahora es un poco más manejable.
Hemos vivido experiencias difíciles, yo estuve a punto de renunciar algunas veces, una muy particular cuando llegué de trabajar y a chewie le dio por tomar todas sus cagadas del día y esparcirlas por toda la casa y untar todo lo que estaba a su alrededor, casi lloro, otra cuando yo estaba de viaje y a Sara le tocó llegar y encontrar un cojín totalmente destruido y toda la espuma por toda la casa. Y luego, sentarnos, respirar, tomar decisiones y seguir adelante. Ahí nos encontramos con más personas, contactamos a un encantador de perros, tocayo mío, quien vino a la casa y al principio no nos dio buena espina porque ni saludó a Chewie, cuando nosotros desde que veníamos en el ascensor no parábamos de emocionarnos, era como si moviéramos la colita para saludarlo. A los 5 minutos el verriondo estaba haciéndole caso al encantador de perros y así todas nuestras dinámicas de caos cambiaron. Siguen siendo caos, pero aquel controlable que disfrutamos.
También ahora tiene su día de campo, encontramos a Sebastián, quien muere por Chewie, y se lo lleva dos días a la semana, Chewie ya lo tiene pisteado y nos avisa cuando llega. Sabe que va a divertirse con sus amigos peludos y que es su momento de estar allí. También tenemos a Santi, dueño de una tienda para mascotas a una cuadra de nuestra casa, que ve a Chewie y le da galletitas y por supuesto Chewie sabe que es parada obligada de sus paseos. Probablemente porque es mi amigo, y lo veo con otros ojos, Chewie es el perro más amigable del universo, quiere saludar a todo el mundo, a las personas, a los perros, a los pájaros, a todos. No queremos que pierda jamás ese instinto, él es él y nadie es más feliz. Creo que es una de sus características más increíbles del universo. Quienes lo conozcan no me dejarán mentir.
Nuestra vida con Chewie a cambiado en todo sentido, él tiene sus horas, le gustan sus paseos y le gusta siempre que estemos atentos de todo lo que quiere y necesita. Es un manipulador impresionante, me mira fijamente esperando mi respuesta y siempre me convence, tal vez debo replantear mi voluntad, aunque mentiras, no quiero, me encanta como es conmigo. Me hace madrugar para salir, es dueño del espacio, me acompaña cuando dicto clases, y siempre está muy atento a todo lo que hago. Hacemos un gran equipo. Nunca me imaginé vivir una experiencia como esta, es maravilloso todo lo que una mascota puede dar. Estoy seguro que cada uno dirá que su mascota es la mejor, y doy fe, porque la manera en que ellos se vuelven esenciales hace que amemos más la vida y queramos ser felices con ellos.
Es muy loco, hasta mis papás que no les gustan las mascotas hoy me preguntan por Chewie, yo les mamo gallo y les digo que es un nieto más, pero se que ellos lo quieren porque saben el bien que me ha hecho tenerlo en mi vida. Ahora salgo más, camino más, me ha obligado a cuidarme y me cuida un montón. Es como dice Emilia, tal vez ese verriondo tiene una conexión conmigo, ella dice que solo me hace caso a mí, no lo se, pero es tremenda la forma en que estamos juntos y nos buscamos, algo indescriptible en su totalidad. Él es el dueño de los espacios, de la cama, porque hay que ser honestos, hace mucho dejó de dormir en su cama. Se acomoda en la mitad de los dos y allí queda fundido con las patas arriba, sonriendo, roncando, ladrando en sueños, pateando, pero ya es nuestra compañía y guardián de sueños. Él es Chewie y esta es nuestra vida con él.
Si tiene mascota, cuénteme como es su relación con ella, cuénteme sus secretos y compartamos historias. Si no la tiene por cualquier motivo, ojalá en algún momento se dé la oportunidad. Son seres maravillosos que están a nuestro lado, y en mi caso me dieron una oportunidad de vida. Él me salvó a mí, no al revés. Comparta sus historias a través de @camaleonenojado en Instagram, en @andresnovoa en Facebook, en [email protected] o en los comentarios de este podcast en podnation.co
Reflexiones finales
Decidí hacer un homenaje a Chewie, todos los días está a mi lado y me trae pensamientos bonitos. A veces ante tanta basura que encontramos en el día a día, entre decepciones, fracasos, conflictos existenciales o cualquier pensamiento negativo, Chewie me mira y ya, se me pasa. Es la vida que me ha puesto a pensar en lo que nunca había pensado y me puso a sentir lo que nunca había sentido. Chewie es especial, es mi mascota, mi amigo, mi confidente, mi ayudante de discursos, el que me hace la segunda cantando, el caminante colega y alcahueta, el que me reta todos los días, el que me hace levantar de la cama sin importar el sueño o el frío, el que a la hora exacta me está pidiendo comida, el que me manipula constantemente y el que me hace sonreír una y mil veces. No cambio este momento por nada del mundo, solo le digo si tiene mascota, quiérala y respétela, disfrútela y apapáchela por siempre. Nadie le quitará esos momentos. No se como existen personas que puedan agredir o maltratar a una mascota. El amor que usted les de será devuelto multiplicado a la n potencia, se lo digo yo que hasta Chewie, no había tenido la posibilidad de experimentar un sentimiento de esta manera.
Una última reflexión, una mascota llena la vida, pero si tiene en mente tener una, adopte, no se va a arrepentir. Con esto finalizamos este episodio de “Kuwoxati podcast”. Sígame en @camaleonenojado en Instagram, en @AndrésNovoa en Facebook, o escriba a través de la plataforma de podnation.coCuénteme de su mascota. Nos encontramos pronto. Buena energía.