Episodio 38: Filosofía: cinco minutos en dial 38
00:00:00 - Dios no se ha creado conforme a su semejanza. Tal semejanza en pero no es, sino la posibilidad de semejarle. Ser hijo de Dios no quiere decir ser divino, sino poderlo devenir. Depende después de la libre voluntad del hombre.
00:00:27 - Sin duda, este texto es difícil y ambiguo.
00:00:30 - Según cómo se entienda, puede quedar en los netos márgenes del ortodoxia cristiana o deambular en los oscuros espacios de un indefinido panteísmo.
00:00:40 - Acusación siempre latente en las críticas a las elaboraciones místicas.
00:00:45 - Pusebas con celos que produjo en el
00:00:48 - México de los primeros diseños del siglo XX, es hoy un filósofo objeto solamente de tesis de grado y algunos estudios históricos. Su pensamiento no ha suscitado mayores adhesiones y, sin embargo, contiene todos los ingredientes necesarios para interesar a nuestra época. Tiene rasgos de Hegel, de Bergson, de los fenomenólogos, de los existencialistas, sin ser propiamente discípulos de ninguno de ellos. Vasconcelo quiso seguir su propia senda y pensar desde su tierra, desde
00:01:21 - América y de acuerdo a la experiencia histórica de este continente. Dejándose llevar por voces interiores, acaso ancestrales, produce efectos inesperados, acercándose a viejas teorías griegas como el neoplatonismo. Cuando dice que, partiendo desde abajo, es el alma a la primera unidad cósmica que aspira a conocerse, enunció una frase que podría haber escrito a Plotino.
00:01:49 - Como para muchos otros pensadores, antiguos y modernos, el hombre es centro de sus preocupaciones, un hombre que lucha por alcanzar la verdad y reencontrarse después de su caída. El relato del génesis no es para vasconcelos, objeto de una fe religiosa determinada, sino expresión son mítico-poética de una realidad humana total, el hombre siendo el último y más perfecto eslabón de la cadena de la vida, escapa de ella y puede volverse en contra por un acto de afirmación voluntaria. Pero la identidad y la singularidad conseguidas a ese precio nos condenan a una continua búsqueda, a un permanente vagar por el mundo concientes de nuestra fragilidad, hasta hallar nuevamente la confianza de lo absoluto, pero sólo aquellos hombres que puedan trascender las limitaciones que han sido surgiendo en la historia de este caótico vagabundeo podrán asimilar la experiencia total, no parcelada de la humanidad en búsqueda.
de la humanidad. Ahí ese grupo privilegiado de hombres, Vasconcelo, lo llamó, raza cósmica, y auguró que el proceso tendría por cuna a nuestra médica. Este nuevo mesianismo, adjudicando tareas salvíficas a un conjunto humano heteróclico y disperso, no logró consenso y ni siquiera fue tomado en serio. En un sentido, es verdad que los enunciados vasconcelianos una crítica severa. En otro sentido, es lástima que no se haya intentado una interpretación no literalista, más hermenéutica, como se ha hecho muchas veces para descansar lo valioso de textos inquietantes, comenzando por los de Parmeni y de Ciplatón. Sirrasa cósmica es un hombre poético, pedafórico, para designar una especial manera de vivir la humilidad y si América es algo así como una palabra clave que designa el lugar de todas las posibilidades, entonces la propuesta de los consejos adquiere una dimensión digna de ser tomada en cuenta. Ya hace tiempo y en el marco de las ciencias biológicas, nada sospechosas de misticismos, se habla del hombre como una especie en mutación, aún no perfectamente estabilizada. y lo expresó con una fórmula y una propuesta que no resultaron afortunadas, pero lo que quiso decir quizá está muy cerca de estas nuevas convicciones científicas. En todo caso, aún para un pensamiento tradicional, repasar la posibilidad de un hombre nuevo siempre prometido no es una tarea diseñable. no es una tarea designable.