Episodio 23: Filosofía: cinco minutos en dial 23
00:00:00 - Toda religión que pretenda ser algo más que fe en tradición y autoridad y quiere apoyarse sobre la convicción, tiene que suponer en el alma principios conforme a los cuales pueda ser reconocida sustentivamente como verdadera. Rudolf Otto, un excelente pensador interesado en el fenómeno religioso, escribió una obra titulada Los Santo, donde propone precisamente esta categoría, Los Santo, como específica de la esfera religiosa e irreductible a todas las temas que expresan vivencias e intuiciones espirituales más o menos con exas, la moral, la estética, la matoria, etcétera.
00:00:52 - La emoción religiosa profunda es el sentimiento de lo numeroso o manifestación de lo divino a la interioridad humana.
00:01:03 - Estar en la esfera de los santos es vivenciar el misterio de lo tremendo, de lo divino.
00:01:09 - Es sentir el nexo con algo heterogéneo y personal e intransfedible.
00:01:15 - No queda dosada a ninguna expresión religiosa particular o histórica a ninguna creencia concreta.
es como el sustrato necesario de todas ellas. Todas las religiones quieren ser una religión verdadera, pero para ellos es preciso que sean antes una verdadera religión. Rudolf Otto abuseado en las profundidades de la verdadera religiosidad previa y condición de una posible religiosidad verdadera, quien no ha experimentado la esfera de los santo, puede adherir a una religión formalmente, pero su adhesión no es religiosa, será una adhesión moral o social o sentimentada.00:02:00 - Y por la misma razón, nos dice Otto, aunque las religiones concretas que conocemos sean, o sean consideradas un producto histórico nunca hubieran podido desarrollarse sin un sustrato existencial, una especie de predisposición natural a adherir a una manifestación concreta de los sapos. Siguiendo esta línea de pensamiento, podemos explicar las diferencias de religiosidad que ostentan los creyentes de casi todas las religiones. En un nivel general e inferior, la mayoría del pueblo creyente adhiere a la fe siguiendo un impulso, una predisposición, en cierto modo innata, tal vez heredada, comunitaria, cultural, pero también personal, aunque no desarrollada en forma conciente. Es espíritu de fe y seguimiento. Más allá hasta la vivencia íntima y profunda de los santos. Profeta es aquel que oye la voz interior y da testimonio, el potencia con su vivencia a la creencia religiosa del montón. Y, finalmente, está aquel que posee la vivencia de los santo en todas y plenitud y con su persona y su obra se convierte en manifestación de los santos. Ese es el creador de una religión, ese hijo de la divinidad.
00:03:22 - Otro ha señalado, acertadamente, que estos niveles no se producen uno a partir de otro.
00:03:29 - No hay evolución natural en la esfera de los santos. Cada nivel es expresión de una una vivencia en sí misma cerrada e incomunicable por medios intelectuales o morales.
00:03:40 - Lo santo es incomunicable, es inefable.
00:03:46 - Sin embargo, las religiones formalmente establecidas han tendido y tienden a establecer figuras, elementos simbólicos que sirven de puente entre el creador y los otros niveles experienciados.
00:03:59 - Surgir de la necesidad de comunicar algo de por sí incomunicable y que sólo puede transferirse a su vez en el plano de lo simbólico absoluto.
00:04:10 - Este impulso comunicante, válido y sublime en sí mismo y casi siempre puro en los inicios de las religiones suele oscurecerse con elementos expuros a lo largo de sus historias particulares.
00:04:23 - Por eso las religiones se depuran periódicamente con movimientos proféticos y denunciantes.
00:04:31 - Hoy asistimos este proceso en la mayoría de las grandes religiones y con análogos criterios de denuncia.
00:04:38 - Esto permite asegurar un resurgimiento de aquellas prístinas intrucciones, porque, como decía Nietzsche, todas las religiones no podrán terminar nunca con la religión.
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