Episodio : Filosofía: cinco minutos en dial I
00:00:00 - Todos los hombres desean naturalmente saber. Así comienza Aristóteles, su metafísico o filosofía primera, donde abordan las cuestiones fundamentales de la realidad y el pensamiento. Esta frase, que ha tenido una larga historia de interpretaciones, parece encontrar una decisiva confirmación en nuestra vida cotidiana. En efecto, diríamos que el ansia de saber informarse es una constante en la vida del hombre y hoy los medios de comunicación masiva nos ofrecen una prueba irrecusable, lo mismo que la informática y los procesos de inteligencia artificial. Es un hecho que deseamos informarnos de todo, de cualquier cosa. Así hemos identificado el saber de la frase aristotélica con la información, sobre todo la información útil, en muchos casos simplemente curiosa y a veces francamente inútil. Sin embargo, la frase también es susceptible de una contrastación de una negación a ese supuesto universal deseo de saber, que apreciamos en ciertos casos de no saber y no querer saber.
00:01:25 - Pensemos cuántas creencias recibidas tenemos que no queremos confirmar o refutar por un auténtico conocimiento de los hechos, cuántos tabúes, temas sobre los cuales no hay que hablar, ni siquiera pensar el sexo, la enfermedad, sobre todo la propia, la muerte, la vida futura, si existe.
00:01:46 - Así que ni siquiera es verdad que todos los hombres deseen siempre saber en ese sentido cotidiano de informarse.
00:01:53 - Pero reflexionando sobre esta celebre fase, podemos preguntarnos qué relación hay entre ella y estos sentidos cotidianos del saber y el no saber.
00:02:03 - Ya vimos que en un primer sentido el saber se identifica con la información.
00:02:07 - Pero tal identificación no es válida.
00:02:11 - No basta estar informado para saber, para tener conocimiento propio y auténtico.
00:02:16 - Y hay casos en los cuales ni siquiera nos interesa informarnos por varios motivos personales o sociales que sea muy respetables.
00:02:24 - Hay otro sentido más profundo del saber que es afirmarse vitalmente en una posición.
00:02:32 - Y me parece que está mucho más cerca de aquella antigua idea, a propósito de la cual
00:02:37 - Aristóteles pone el sencillo ejemplo del placer natural que nos causan los sentidos.
mirar, oír, palpar, nos resulta naturalmente grato y gratificante.00:02:49 - Saber es, entonces, la relación armoniosa entre el organismo y su medio, entre el sujeto y su entorno.
00:02:56 - No es identificación, tampoco es separación, sino el nexo de ambos, captado en medida adecuada y eficaz para la continuidad vital del sujeto.
00:03:07 - Si parar estóteles, como para todos los pensadores antiguos,
00:03:11 - El saber es algo natural, la instalación sapienta del sujeto en el mundo es algo que va de suyo.
00:03:18 - ¿Qué pasa hoy que ese saber está en cuestión, en crisis?
00:03:22 - ¿Qué falla hoy precisamente cuando tenemos a nuestro alcance tantas posibilidades de saberes, de conocimientos, de informaciones, pero carecemos de ese saber natural que todos desean, como decía Aristóteles?
00:03:35 - Reflexionemos. Si los múltiples saberes, la información, son insuficientes.
00:03:42 - Y si junto a ellos, compitiendo con ellos, tenemos buscadas formas de no saber de escapismo, eso puede ser signo de que hemos cerrado la comprensión de qué cosa sea positiva y profundamente saber.
00:03:57 - Quizá nos falte la dimensión personal, la del saber propio, la que nos da una consciente y querida instalación en el mundo, la única que proporciona el auténtico saber, el saber para sí, para cada uno.