Episodio 2: Filosofía: cinco minutos en dial 3
00:00:00 - El pasado no debe ser interpretado sino por un presente más fuerte que él. Así sentención
00:00:23 - Nietzsche hace llamas de un siglo, en un trabajo sobre la utilidad y los inconvenientes los estudios históricos, incluido en su obra consideraciones intempestivas. Desde los romanos sabemos que la historia es, en algún sentido, maestra de la vida. Pero no siempre acertamos de qué modo ser alumnos suyos. Una de las formas, muy respetables sin duda, es hacer ciencia histórica. Nietzsche tenía algunas prevenciones sobre esta tarea y, por cierto, y justificadas. Si la Tarea de Historia Areson sienta forma de reconstruir, está claro que muchos escollos y peligros en el camino. La primera cuestión es qué tipo de reconstrucción, qué tipo de historia haremos. Chanecha advirtió que en el Decurso Secular de esta Tarea, los historiadores han optado por uno de dos modelos que él llamó Historia Monumental y anticuaria. La primera, que yo llamaría heroica, se ocupa de los grandes momentos, aquellos que señalan rumbo nuevos a la humanidad. La otra, que yo llamaría anecdótica, nos rescata el pasado como el entorno uterino temporal que nos contiene. Es la historia pequeña de las cosas que hacen a nuestra propia historia personal y que nos importan también efectivamente. Ambas formas de encarar el pasado constituyen no solo posturas pragmáticas de los historiadores, sino que conllevan concepciones diversas acerca del hecho histórico. Son dos filosofías de la historia distintas, incluso contrapuestas. Tienen diversas respuestas para preguntas como quién hace la historia, el héroe o la masa. Tiene la historia una legalidad propia, la astucia de la idea de gel o ese resultado azaroso de las voluntades individuales en juego. Hay una historia universal o solo una sucesoria fragmentable al infinito de historias parciales. Nietzsche ya vio claro algo que hoy es incontestable. No hay regla metahistórica para decidir cuál de estas dos posturas es mejor, más válida o más verdadera. Incluso la cuestión misma carece de sentido, pero cualquiera que se elija resulta parcial y recortante. Sentimos que sus logros se obtienen a expensas de un escamoteo. Cada una omite la riqueza de la otra. Inicio propuso una tercera posición superadora que llamó
00:03:02 - Historia Crítica al Servicio de la Vida. Es la vida misma, se individual o comunitaria nacional o regional, la que se servirá de la historia heroica o de la anécdótica, según sus necesidades prospectivas. La historia sería entonces un ejercicio retro prospectivo del espíritu individual o comunitario, pensada desde el presente en función del porvenir. Ahora se entiende la dinamática frase michiana.
00:03:30 - Sólo una época con fuerte sentido del presente y ansias de futuro puede servirse verdaderamente de la historia interpretándola.
00:03:40 - Contra todo lo que leímosos nos dijeron en la escuela, al menos en algunas épocas, la historia que hacemos los hombres no es objetiva, imparcial, absolutamente verdadera, etcétera.
00:03:52 - Esos son epítetos que pueden ponerse las historias oficiales que son, por eso mismo, las más ofrichosas.
00:03:59 - Cuando Nietzsche cuestiona la pretensión de sus contemporáneos y hacer de la historia una ciencia objetiva al estilo de las ciencias naturales no sólo se adelanta nuestra ya clásica distinción entre ciencias de la naturaleza o descriptivas y del espíritu o interpretativas sino que con su peculiar desenfado viene a decirnos no señores la historia no es objetiva ni tiene por qué serlo reconocer este hecho es una señal de honradez intelectual que permite situar las discusiones históricas en lo que efectivamente son divergencias sobre la interpretación.
00:04:36 - El uso, dirían Eich, que le damos, y no cuestiones descriptivas o empíricas cuya verdad puede establecerse en una experiencia crucial.
00:04:47 - No hay experiencias cruciales en la historia y el pasado siempre puede reinterpretar.
de futuro abierto y por qué no abismal de la historia es precisamente su mayor riqueza.