Episode 20: 20. Belgrano, su regreso a Buenos Aires

00:00:00 - En fin, salí de España para Buenos Aires. No puedo decir bastante mi sorpresa cuando conocía a los hombres nombrados por el rey, cuando a la junta que había de tratar de agricultura, industria y comercio y propender la felicidad de la provincia que componían el birreinato, nada sabían más que de su comercio monopolista. Comprar por cuatro para vender por oro, por ocho. No querían perder el camino de enriquecerse. La corte de España vacilaban los medios de sacar lo que más pudiese de sus colonias, disposiciones liberales o no liberales indicantes del temor que tenía de perderlas. Pobreció alguna vez la agricultura y para darle brazos adoptó lo rindo comercio de negros y concedió privilegio para lo que lo emprendiesen. Entre ellos, la extracción de frutos para los países extranjeros. Esto dio un gran pleito sobre si los cueros eran o no frutos. Una multitud de papeles ya se habían escrito cuando el rey para resolver pidió un informe.

00:01:10 - Borestaría demasiado si se referirse a los pormenores de la singular sesión que dio mérito a este informe. Los hombres destinados a promover la felicidad del país decidieron que los cuero no eran frutos y por consiguiente no debían comprenderse en lo de la gracia de extracción en cambio de negros. Ah, esos miserables ranchos donde se ven multitud de criatura, que llegan a la edad de la pubertad sin haberse ejercitado una otra cosa que en la sociedad debe ser atendida hasta el último punto. Escuelas gratuitas donde puedan los felices sin felices mandar a sus hijos sin tener que cargar cosas alguna para su instrucción. Inspirarles, amora el trabajo, comienzan en un pueblo donde reina la sociedad, teca el comercio y toma su lugar la miseria.