Exclusión Educativa (grup 121)
Podcast de: yolima
La exclusión y la vulnerabilidad educativas se definen por las carencias en este ámbito que sitúan a las personas en posiciones de desventaja social; ya sea en el mundo laboral, por un deficiente acceso al mismo, o en otros como la deficiente promoción de la salud o de la participación. En exclusión educativa nos referimos, por un lado, al analfabetismo y la carencia de estudios, si hablamos de la población en general; y por otro, al abandono y las dificultades de acceso y mantenimiento en el sistema educativo reglado si nos referimos a los menores y jóvenes.
De hecho, varias investigaciones recientes ponen de manifiesto la relevancia de los aspectos educativos como factores directamente vinculados con los niveles de pobreza y los procesos de exclusión social, siendo asimismo destacada la cada vez mayor incidencia de la pobreza y la exclusión social en el colectivo infantil. Así, las personas que carecen de formación (analfabetas y sin estudios) tienen un riesgo de caer en situación de pobreza seis veces superior al de una persona con estudios superiores. El riesgo relativo de exclusión social también es elevado para los que tienen estudios primarios y secundarios en comparación con los universitarios.
Esta problemática es más visible en las zonas urbanas, ya que estas comunidades no cuentan con el acceso de bienes y servicios que garantizan las condiciones mínimas para el desarrollo de la actividad académica, en las comunidades educativas donde las carencias materiales de los grupos las necesidades básicas son insatisfechas, es notable la exclusión educativa ya que las oportunidades no son las mismas que en las zonas urbanas donde hay familias que cuentan con mejores ingresos y apoyos educativos.
Es muy evidente la desigualdad entre los estudiantes de las zonas rurales y urbanos en el sistema educativo, por la distribución de los recursos tecnológicos para el aprendizaje.
De esta manera, hoy es urgente la necesidad de avanzar hacia la materialización del cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de Educación para todos y afianzar la unidad escuela-familia-comunidad como uno de los pilares para el logro de una verdadera inclusión, que tiene en la cultura su soporte más seguro y esperanzador.
De hecho, varias investigaciones recientes ponen de manifiesto la relevancia de los aspectos educativos como factores directamente vinculados con los niveles de pobreza y los procesos de exclusión social, siendo asimismo destacada la cada vez mayor incidencia de la pobreza y la exclusión social en el colectivo infantil. Así, las personas que carecen de formación (analfabetas y sin estudios) tienen un riesgo de caer en situación de pobreza seis veces superior al de una persona con estudios superiores. El riesgo relativo de exclusión social también es elevado para los que tienen estudios primarios y secundarios en comparación con los universitarios.
Esta problemática es más visible en las zonas urbanas, ya que estas comunidades no cuentan con el acceso de bienes y servicios que garantizan las condiciones mínimas para el desarrollo de la actividad académica, en las comunidades educativas donde las carencias materiales de los grupos las necesidades básicas son insatisfechas, es notable la exclusión educativa ya que las oportunidades no son las mismas que en las zonas urbanas donde hay familias que cuentan con mejores ingresos y apoyos educativos.
Es muy evidente la desigualdad entre los estudiantes de las zonas rurales y urbanos en el sistema educativo, por la distribución de los recursos tecnológicos para el aprendizaje.
De esta manera, hoy es urgente la necesidad de avanzar hacia la materialización del cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de Educación para todos y afianzar la unidad escuela-familia-comunidad como uno de los pilares para el logro de una verdadera inclusión, que tiene en la cultura su soporte más seguro y esperanzador.
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