Episodio 1: Tres partes de un error.
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¡Hola! 🙋🏻
Bienvenido, soy Danna.
Hoy empiezo mi camino en la creación de contenido en formato podcast 🎙️
Quiero compartir desde mi experiencia cometiendo errores 😵 (literalmente), de como resolver un proyecto y ser lo más eficientes en el proceso, además de mostrarles cómo hacerlo práctico.
¿Por qué desde el error? 🤔
Por que no hay mejor forma de aprendizaje que esa. Y si lo compartimos mejor.
Los espero cada semana con un episodio nuevo.
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Nota: Consulta las transcripciones para ver más información sobre el tema.
ERRAT
Tres partes de un error. Este es el episodio de hoy. Empezar desde el principio (1), poner todo sobre la mesa (2) y manos a la obra (3). Por supuesto, equivocándonos, porque eso es Errat.
Bienvenidos a ERRAT, mi nombre es Danna Sánchez y este es un podcast para hablar de proyectos desde la perspectiva del error.
Tú te preguntarás: ¿Quién soy yo?
Alguien que se dedica a realizar proyectos, y que, en definitiva, ha cometido muchos errores.
Pero como de todo se aprende, entonces, sobre esa experiencia, hablemos de proyectos.
En el episodio de hoy, hablaremos sobre todos los esenciales... para aprender sobre proyectos.
Como dije en la introducción, el episodio de hoy va a dividirse en tres partes:
Parte 1: Empezar desde el principio.
Y le pondremos como subtítulo: No todo es obvio.
Abrimos con una pregunta: ¿Qué es un proyecto?
Vamos a utilizar la disyuntiva que existen entre los significados que nos ofrece la RAE y el Oxford Lenguages, como una herramienta práctica:
Resulta que proyecto por definición según la Real Academia Española (RAE) es:
Primer esquema o plan de cualquier trabajo que se hace a veces como prueba antes de darle la forma definitiva.
Pero según Oxford Languages es:
Una idea de una cosa que se piensa hacer y para la cual se establece un modo determinado y un conjunto de medios necesarios.
Ahora, ¿en dónde está la falla?
En que proyecto, como sustantivo, solo es el «primer esquema o plan de cualquier trabajo» (de acuerdo a la RAE) y la «idea de una cosa que se piensa hacer», según Oxford Languages.
El resto del significado se le debe atribuir al verbo proyectar, que según su definición, de acuerdo a la RAE, es:
Idear, trazar o proponer el plan y los medios para la ejecución de algo.
Esto significa que todo lo que podamos imaginar es un proyecto, ya sea en la vida cotidiana, en el mundo laboral, en el plano amoroso, en el descanso, en cualquier lugar y momento, etc... todo en esencia se puede considerar un proyecto.
Pero al igual que la diferencia que mencionamos: los proyectos, deben proyectarse.
Hablando formalmente de la ejecución de un proyecto: el que sea; requiere de un paso a paso, un proceso. La diferencia está en la dimensión del mismo.
Parte 2: Poner todo sobre la mesa.
Y como subtítulo: preparar el paso a paso.
¿Qué debemos hacer?
Pues, debemos seguir un orden. El más estandarizado tiene cinco fases:
Identificación, planeación, ejecución, control y cierre.
Seguir este orden, teóricamente nos llevará al éxito del resultado que esperamos obtener. Recordemos que un proyecto puede ser: desde ir de compras, hacer una mudanza o montar una página web. Cada fase nos va a requerir recursos y aprendizajes del proceso.
Hablando de recursos: este proceso requerirá tiempo, esfuerzo y conocimiento. No del paso a paso, sino de lo que éste implica. Debemos reprochar siempre ese dicho que dice que «en la marcha resolvemos».
La idea es: Hagamos un proyecto al derecho, como se debe, con conciencia del mismo... y veamos cual es el resultado.
Parte 3: Manos a la obra
Y como subtítulo: comenzar a trabajar
Estás sentado en una reunión, están hablando de una proyección y esa personita te dice: para ayer es tarde. Bueno... está bien... pero, ¿cómo comenzamos?
Muchas veces he escuchado decir, las palabras se las lleva el viento, y es cierto.
Cuando no vemos el resultado de manera tangible, empieza la frustración, el afán, la preocupación, y se empiezan a tomar varias malas decisiones por la presión.
Si desde el primer momento sabemos para dónde vamos, tenemos que buscar la manera de llegar a ello, y en este caso eso implica tomarse el tiempo necesario para poder comenzar, no solamente es hacer por hacer, hay que pensar para hacer.
Para empezar, debes pensar primero en las generalidades: lo que conoces. Luego pasar al detalle y desde allí está el ejercicio de aprender del proceso.
...
No hay que complicarse, sé que todos tenemos metodologías, pero hay que empezar a escribir, enfoquémonos en eso, luego estructuramos.
Necesitamos solo sentarnos para pensar un rato, y poder revisar qué hay por hacer, cuándo podemos hacerlo y qué necesitamos.
Entonces como epílogo, todo lo que hagamos debe tener entendimiento, contexto y una necesidad. Desde ahí, podemos llevar a cabo todo un montaje para llegar al éxito del proyecto. La sofisticación del mismo se construye a través del entendimiento. Por ahora, seamos pragmáticos.
Te dejo, por hoy, con una frase: «para llegar rápido, tenemos que ir despacio».
No te pierdas el siguiente episodio, ¡suscríbete!
Chao.
