Episodio 52: LECTURA Y REFLEXION DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 20,20-28

00:00:00 - En aquel tiempo, se asustó a la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesucristo de la Iglesia de Jesuc

00:00:30 - Cercó a Jesús la madre de los severedos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.

Él le preguntó, ¿qué deseas? Ella contestó,

00:00:42 - Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

00:00:51 - Pero Jesús replicó, no sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el calis que yo he de ver? Contestaron. Lo somos. Él les dijo. Michalis lo beberéis, pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo. Es para aquellos para quienes lo tienen reservado mi padre.

00:01:16 - Los otros 10 que lo habían oído se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos desdijo. Sabéis que los jefes de los pueblos hostilanizan y que los grandes los oprimen.

00:01:31 - No será así entre vosotros, el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Palabra del Señor, gloria a ti, Señor Jesús.

00:01:59 - El Evangelio de hoy nos pone frente a una situación que ocurre con mucha frecuencia en las distintas comunidades cristianas. Juan y Santiago han sido muy generosos al abandonar su casa y también sus redes para acelerar a Jesús. También han escuchado que el Señor anuncia un reino y que ofrece la vida eterna, pero no logran entender todavía la nueva dimensión que presenta el Señor, y por ello su madre va a pedir algo bueno, pero que se queda en las simples aspiraciones humanas. Manda que estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu rey. Eso son las palabras de su madre. De igual manera nosotros escuchamos y seguimos al Señor como lo hicieron los primeros discípulos de Jesús, pero no siempre logramos entender a caballería el mensaje del Señor y nos dejamos llevar por intereses personales o ambiciones dentro de la Iglesia. Se nos olvida que al aceptar al Señor tenemos que entregarnos con confianza y de manera plena a Él y que no podemos pensar en obtener la gloria sin haber aceptado la cruz primero. La respuesta a creer a Jesús pone precisamente el acento en ese aspecto. Para participar de su reino, lo que importa es aceptar beber de su misma copa. Es decir, estar dispuestos a entregar nuestra vida con amor a Dios y dedicarnos al servicio de nuestros hermanos con la misma actitud que tuvo Jesús.

recalcamos, para seguir a Jesús hay que caminar con la cruz, pues cuando caminamos en la cruz, cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor. Seguir a Jesús exige por consiguiente gran humildad de nuestra parte, gran humildad. A partir del bautismo hemos sido llamados a ser testigos suyos para transformar el mundo, pero esta transformación solo la lograremos y somos capaces de ser servidores de los donas, un espíritu de gran generosidad y entrega, pero siempre llenos de gozo por estar siguiendo y haciendo lo que el Señor nos pide a cada uno de nosotros.

00:04:34 - Quiero darte por amarme

00:04:43 - Gracias