Episodio : El comunicologo y sus medios
00:00:00 - Hola, yo soy Shergillettes a las Armén del Siete Podcast, hablará sobre él como un
00:00:05 - Nicólogo y sus medios. Yo hablaré sobre la radio. Alguna vez leí que escuchar radio es un hábito tan saludable como los libros, con la ventaja de que no se gastan los ojos. Me quedé pensando en eso y sentí curiosidad. Curicidad de ver si la radio de hoy es como aquella que yo escuchaba en el bus a las 6 a.m. en un Sony miniatura, en ese que ahuyentaba el sueño por las mañanas, con el sol a las 3 p.m. entrando por la ventana. Hablando de la radio que nos hacía reír a quienes sintonizábamos la mega y hablo de la radio que abandoné ingratamente y sin ningún dolor con la llegada del disk man, el mini disk, el mp3 y el ipod
00:01:07 - ¿Qué será de ella? Hoy en día las escucho contadas veces al año en algún taxi o si creo que solo cuando me subo a uno de estos y es y eso si el radio teléfono o el conductor lo permiten entonces me surge esta duda porque ya no me gusta la radio será porque la incomodidad de tener que darle vueltas a esa ruedita para ir de una emisora a otra hasta encontrar algo que me guste o darle scan al radio del carro hasta que caiga en algo bueno o quizás es la rabia del recuerdo que sentía cada vez que llegaba tarde a mi canción preferida y no tenía como repetirla.
00:02:02 - Sea lo que sea, la mejor manera de averiguarlo es escuchándola de nuevo, superó un miedo repentino de encontrarme con puro reggaetón y locutoros que parecen obreros o mecánicos, diciéndole a toda la que llama mi amor, entre otras cosas. El experimento me anima, me encierra en mi cuarto y entonces recuerdo que no tengo radio desde aquel son y miniatura nunca más volví a tomar uno de estos en mis manos. Gasto tiempo inútilmente buscando el último
00:02:44 - Dixman que me regalaron mis padres. Hace ya varios años de esos que tenían radio incorporado y hasta control de volumen en los audífonos. Afortunadamente, antes de desistir, recuerdo la solución a todos los problemas de hoy. Internet. Me animo de nuevo, me siento en mi cama con el computador en las piernas y empiezo a digitar en Google emisoras de mi zona. Abre una página y me encuentro una lista de estaciones por ciudad y de escuchar radio. Paso a pensar en un viaje, un viaje por mi zona a través de sus emisoras, eso es, pasadas las 11 p.m.
00:03:40 - Decido emprender una aventura musical con una Coca-Cola y dos paquetes de sabritas al lado. Hago clic en Martínez, así es, me voy para la ciudad de Martínez, luego
00:03:58 - El cursor se va hasta la estación los 40 principales, Dios mío, ¿será puro?
00:04:07 - ¿Será pura suerte? Pero no.
00:04:10 - Reggaeton, de repente siento una desilusión apresurada, un pálpito que me dice que eso es lo que me encontré en estas, en todas las emisoras que visité.
00:04:22 - Afortunadamente, la canción que obviamente no tengo idea cuál es ni quién la canta termina rápido.
00:04:30 - Estoy a la expectativa. Tomo un sorbo más de Coca-Cola y el viaje de media noche se pone patriota con el himno nacional.
hipno nacional a las 11.33 pm eso de ponerlo a las 6 y a las 12 en punto ya pasó de moda como sea mientras lo escucho es inevitable recordar a me hace recordar a la escuela y se me viene a la cabeza ese vídeo que pasa por la televisión tan viejo y curtido 48 oyentes muestro la página a estas horas y cuando creo que las trompetas y notas de nuestra canción nacional van a echar algunos, tres más se suman a la lista. ¿Quiénes serán esas personas? Intento imaginármelas, pero nada se me viene a la cabeza. Eso sí, con seguridad, ningún es ocupado, queriendo viajar por el país, recorriendo en mis horas y comiendo porquerías a media noche. Finalmente, después de escuchar tantas y tantas canciones y tantas emisoras, creo que la radio es la misma. La que cambió no fue ella sino la música que ya ha evolucionado en ritmos, que a mí particularmente no me gustan ritmos y nuevos géneros que me sacaron corriendo de algunas de las ciudades que visité con tantas expectativas, pero que a su vez mantienen a miles o millones de personas conectadas diariamente. Hoy, después de más de tres horas de emulando por la radio nacional, creo que definitivamente escucharla es uno más de sus hábitos saludables que no acogeré a mi vida, que se queda como un simple recuerdo de aquellos que guardo gratamente, que se quede como lo que finalmente es un experimento, una travesía, un viaje que al menos en un futuro próximo no pienso repetir.