Marzo  9, 2021

Episodio : Kaliman

El valle de los vampiros 1
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00:00:00 - Otra superproducción RCN

00:00:22 - Caballero con los hombres

00:00:24 - Dalante con las mujeres

00:00:26 - Cierro con los miembros la cable con los malvados. Así es, Calimán, el hombre increíble.

00:00:40 - En su nueva aventura, el valle de los vampiros.

00:00:52 - El valle de los vampiros.

00:00:58 - Interpretado estelarmente por la belleatriz del cine nacional, Carmelita González,

00:01:04 - Eduardo Arosamena, Luis de Alba, Ophelia de la Fuente, Keti Valdés, y como narrador Isidro Lace, e interpretando a Calimán, el propio Calimán, un libreto original de Victor Fox.

00:01:21 - ¡Dónde es la Segunda Ciudad Más Populosa del Mundo!

00:01:30 - ¡Dónde es la Segunda Ciudad Más Populosa del Mundo!

00:01:37 - ¡Dónde es la Segunda Ciudad Más Populosa del Mundo!

00:01:46 - Dondres, la segunda ciudad más populosa del mundo, y la primera quizá en tradición y belleza, con sus anchurosas avenidas, donde las señoriales construcciones ocortan estoicas el paso mecánico del modernismo, sin inmutarse, donde los monumentos a los grandes héroes y reyes que levantaron el gran imperio inglés, vigilan desde sus petrios tronos a sus fieles súbditos, fieles guardianes de sus tradiciones.

00:02:22 - Londres. Ciudad de historia que se perpetúa en sus castillos medioevales, en sus años oscuentes que han visto desfilar los años arrastrados en el viejo támesis. Londres.

de bruma, en la que vigila con ojo mecánico, la torre del Big Ben.

00:02:48 - ¡Londres, ciudad de contrastes, donde en tus calles enlosadas ruge el potente auto de carreras, mientras que en el pane si se arrastra perezos a la barcasa carbonera!

00:03:10 - El turista detiene su paso titubeante y prepara el ente de su cámara para imprimir la estampa del cambio de guardia en el parácio de Buckingham.

00:03:25 - Londres, donde los modernos automóviles detienen su marcha para acceder el paso al desfile de su majestad, abierto en la vanguardia por la caballería de vistosos uniformes que escoltan la sombrosa carrosa de los reyes en su viaje hacia el edificio del parlamento.

00:03:45 - ¿Dónde es? Ciudad eterna en la fronética. Aquella mañana el sol de mayo bañaba cálidamente el señoría del edificio. El Hotel Picadili, situado a escasos metros de la plaza Picadili, lugar famoso por sus teatros y cines, donde los motores de autos llenan de extraño concierto bajo el ritmo que marcan los policías de tránsito.

00:04:23 - Dos singulares turistas abandonan el amplio hall del hotel Picadilly, avanzando hacia la cera. A su paso, un mozo uniformado se inclina en saludo atento mientras abre las puertas para dar paso a los distinguidos huésperes. Uno, era un muchacho de rostro vivací alegre, vistiendo su bien cortado traje de alpaca gris. El otro, un extraño y singular caballero, vestido a la usanza hindú, alto y de comprección atlética.

00:05:00 - Bajo su entallada casaca y pantalón de seda blanco, se arribinaron un cuerpo vicaroso y resio. Al accionar los brazos, los poderosos bíceps amenazaban con romper la pinaceda, y su amplio tórax expandía el ritmo de su respiración. De la casaca, surgía vijoros un cuello musculado que sostenía su cabeza como estampa de un gladiador romano. Su rostro cobriso, de finas facciones, cobraba más lucidez con los ojos de un azul intenso que semejaban dos límpidas aguas marinas. Aquel rosso de asombrosa belleza varonil era coronado con un blanco turbante de seda donde al frente brillaba una gran esmeralda que lanzaba destellos al reflejo del sol. Aquel singular caballero completaba su indumentaria hindú con un cinturón de villa de oro donde colgaba una vaga curva con encuñadura de Pedrería. Aquellos dos singulares turistas eran Calimán y su pequeño amigo, Solín.

00:06:15 - Las cuero y media de la mañana. Tenemos el tiempo suficiente para llegar a nuestro sitio. Sita, mi señor y amigo Calimán, yo sé que no debo hacer preguntas inútiles, pero creo que debo saber cómo es que has concertado una cita en nuestro primer día en Londres.

00:06:32 - Mi querido y pequeño amigo Soli, en la vida siempre queremos una cita en día, cada segundo que transcurre de nuestra existencia se convierte en una cita con nuestro destino.

00:06:44 - Además, no creo que prefieras quedarte más tiempo en el hotel con esta hermosa mañana de primavera.

00:06:50 - Ah, por supuesto que no, pero, pero habias dicho que durante nuestra visita a Londres nos dedicaríamos a visitar todos sus monumentos, museos, castillos, en fin que debemos hacer lo que todo tu lista. Lanzarte a la ciudad, hábito de verlo todo.

00:07:05 - Ah, yo vaya. Me alegro el que pienses en entrequecer cultura al través de los ojos sobrem. Pero él cumplir nuestra cita de ninguna manera que cambia nuestros plans.

00:07:15 - Oh, señor, yo conozco tus citas. No sé de qué arte te vales para convertir todas tus citas en el principio de una aventura en va.

00:07:25 - Al ver esta engarrazón, las citas siempre son reámbulos, las aventuras más en sus quechanas.

00:07:31 - Eso no puedo rechazar jamás una cita.

00:07:35 - ¿Y con quién es la cita, señor?

00:07:37 - Oh, un viejo amigo, un estimado amigo mío, al cual hace años no veo.

00:07:43 - Y su nombre es Sir Frederick.

00:07:46 - Sir Frederick?

00:07:47 - ¿Un noble inglés?

00:07:49 - Sí, descendiente de una de las amigas más respetadas en Inglaterra.

estera las pies en el truque de Roller, uno de los hites más exclusivos en el que solo se admiten los socios de alta aristocracia.

00:08:02 - Pienso que esta cita va a ser lo más aburrida del mundo.

00:08:07 - ¿A quién confiarse, Calimán?

00:08:09 - Sí.

00:08:10 - Los ingleses tienen fama de ser apurridos.

00:08:12 - Y más aún cuando se reúnen en esos los explosivos de su aristocracia.

00:08:16 - Y más aún cuando la cita es a las 10 de la mañana.

creo que será un día perdido. Salíme. Pequeño, Salíme. Hablas como un reaccionario que odia la nobleza. Pero, escucha, vamos a cumplir una cita con la leyenda y el misterio. Una cita con el destino. No comprelo. Ya lo comprenderás cuando estemos frente a ser te quedabas asombrado de mi día conmigo. ¿Vamos?

00:09:15 - El pequeño Solín se acomodó en el asiento, mientras Calimán hacía fusionar la marcha de su Rolls Royce.

00:09:36 - Solín iba a comentar algo, pero prefirió quedarse mudo, al ver a Calimán imprimir velocidad al moderno auto-sport.

00:09:48 - Crusaron vertiginosamente Pitalil Center, enfilando por la famosa Hyer Falton. No había duda que Calimán ya conocía ampliamente aquella ciudad de tránsito vertiginoso. Crusaron vertiginosamente también ante el edificio del ministerio, y Solín alcanzó a ver a los guardias, vigilar la enchurosa entrada, después llegaron hasta la famosa plaza de

00:10:11 - Rafa'l-Gar.

00:10:13 - ¿Es esta la famosa plaza de Rafa'l-Gar?

00:10:19 - Sí, sí, sí.

00:10:20 - ¿Dónde se pervetó la memoria de uno de los más grandes errores de Inglaterra?

00:10:24 - Pero, miran, teneles, el hombre que escribió una de las páginas más inocriosas de la historia de la fuerza naval de Inglaterra, ese es un monumento.

con una muy alta al final de la cual están a trato de almirarte en el sol y la plaza está adornada con dos grandes fuentes y hay niveles de palomas así es y las palomas de blanco plumaje cobran materialmente este lugar y los lógenes y el desconservadores de sus costumbres suelen medir todas las caminas a alimentar las palomas sobre todo en esta época en la que el sol brilla calidamente hacia dónde vamos exactamente señor y bueno nuestra la cita es al otro lado de la ciudad, así es que tendrá su oportunidad de ir admirando sus bellezas que surgen a cada paso.

de los autosport de marca aristocrática, guiado por las manos diestras de Calimán, avanzaba de artiginosos serpenteando entre autobuses de dos pisos y señoriales automóviles, donde tal vez viajaba un ministro. Así, cruzaron sobre uno de sus múltiples y famosos puentes.

00:11:46 - ¿Este es el puente de Waterloo?

00:11:54 - Oh, sí, los ingleses ericieron este puente como monumento a otros de sus grandes dientes.

00:12:02 - La batalla de un botón.

00:12:04 - Y esta mujer ha derrotado el anfoleón por el almirante ebolínico.

00:12:08 - Mira, ese es el edificio del parlamento donde tantas veces se ha decidido el vestido del mundo.

00:12:15 - El pequeño solido, con los ojos redondos asombrados, miró la señoría el corre del viejo reloj londinense.

00:12:25 - Y ese es el famoso Big Ben de Londres.

00:12:29 - Y mártese falta en cien minutos para llegar a su casa.

00:12:32 - El tiempo justo para llegar a su casa.

00:12:35 - Recuerda que si de algo puede, que se regala los ingleses es precisamente su puntualidad.

00:12:45 - Alman, hundió el acelerador, casi al máximo, y el auto esforz se lanzó como catapulta por las tranquilas calles de aquel barrio aristocrático, ya casi en las acueras de la ciudad.

00:13:08 - Luego, falta tres minutos para las diez.

00:13:26 - Bien, sígueme, Solín.

avanzaron por la lintia acera y el pequeño solín se quedó admirado al ver un vetusto edificio que se antojaba más un museo que un club.

00:13:45 - ¿Qué edificio, eh?

00:13:47 - Más bien pareció un castillo, señor.

00:13:49 - Eh, pues es el club Duler.

00:13:52 - ¿Qué?

00:13:53 - Vamos, deprisa, solín.

00:13:55 - El club Duler.

00:13:57 - En un edificio así solo puede haber moments.

—Ah, pero eso sí, momias de sangre azul.

00:14:04 - Calimán avanzó con paso firme seguido del muchacho.

00:14:08 - Asendieron por la blanca escalinata de mármol, y un mozo de librea abrió las puertas de cristal, y con gesto de fría cordialidad, dijo.

—Buenos días, señor.

00:14:21 - ¿Aquí te voy a anunciar?

—Calimán es su nombre.

00:14:25 - Tengo cita con Sir Pérez.

—Oh, sí, sí.

00:14:28 - Sir Pérez espera, señor.

00:14:30 - Me sentí muy honrado llevarle su presencia, pero el muchacho no puede pasar.

00:14:37 - El rostro vivaz del pequeño solín se descompuso en una mueca de enojo al escuchar aquellas palabras corpantes del mozo y al sentir aquella mirada de destrecio, como si diera a un insecto.

00:15:09 - ¿Pero dice usted que dice que yo no lo puede pasar?

00:15:12 - Creé que lo siento. Lo siento muchísimo, caballero, pero el que rola es exclusivamente para socios y amigos personales, pero, escuche bien, está absolutamente prohibido el paso

00:15:23 - ¡Ah! ¡Ah, niños! ¡Sóinate con los dientes con rabia! Con gusto habría dado un amable punta pie a que el mozo de modales distinguidos que lo miraba con desprecio y repulsión, pero el muchacho recordó que él era un caballero, y tuvo que conformarse con decir entre dientes.

00:15:44 - ¡Ay, esta es la primera monia del mocio! Calimán sonrió sereno.

00:15:50 - Dentro de la sala, algunos respetables ancianos dirigieron su aristocrática mirada hacia ellos con gesto de desaprobación, al mirar ahí a un insignificante muchacho.

00:16:03 - Jaja, creeré que lo siento, jaja, lo siento muchísimo señor, pero a ninguno de los caballeros del club vería con buenos ojos que un muchachillo entrar a perturbar la tranquilidad con su insignificante presencia.

00:16:17 - ¡Ay, yéxito! ¡No se usted! ¡Puede que tal, chá!

00:16:21 - ¡E-E-E-Perdón! ¿E-E-E-¿Quién me ha dado el...?

00:16:24 - ¡Lorchanse! Parece...

...que le ordena al Jornocentra.

00:16:28 - El mozo miraba intrigado hacia un anciano que permanecía de espaldas a ellos.

00:16:33 - Al parecer, atento leyendo un periódico.

00:16:37 - ¡Ah, perdón, Lorchanse! Pero...

...usted ordena que el muchacho pase.

00:16:41 - ¡Por supuesto! ¡Yo! ¡Pincha! ¡Me tengo aquí listo!

00:16:46 - ¡Dejé pasar el chacho de una vez!

00:16:48 - ¡Oh, sí, sí, mi Lord! ¡Tiraste la habilidad de pasarle, sí!

00:16:52 - Gracias.

00:16:54 - ¿Vamos, Solín?

00:16:57 - Oye, Calimán.

00:16:59 - ¿Pero deberás ser ese respetado y anciano ordenó que me dejaron pasar?

00:17:03 - No tengo supuesto que no, Solín.

00:17:07 - ¡Qué fui yo!

00:17:08 - ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡ regroso a un muchacho. El viejo Lord Frans llamó al mozo.

00:17:46 - ¿Qué es?

00:17:49 - ¿Déjame, mi amor?

00:17:52 - Menel, mis ojos me encajen o entraba al tru... de... de... un niño.

00:17:57 - ¿Sí, mi amor? ¿Qué es un niño?

00:17:59 - Te diría que solo lo sabes que está prohibido el paso, mi amor.

00:18:03 - Sí, mi amor, pero... ¿Usted te lo he dado de Carlos?

00:18:06 - ¿Qué? ¿Qué pasa a los muchachos?

00:18:11 - No, jamás dije tal cosa.

00:18:13 - ¿Pero, Milor? ¿Usted habló?

00:18:15 - ¿Quién se sabe su cosa?

00:18:17 - ¿No, Milor?

00:18:18 - ¿Eres un estúpido?

00:18:19 - Sí, Milor.

00:18:32 - Después de aquel incidente,

00:18:35 - Calimán, seguido de cerca del pequeño Solín, se aproximaba hasta un ángulo de aquelujoso salón, donde sus pasos se amortiguaban en las mullidas alfombras.

00:18:47 - Junto a un gran ventanal, en un cómodo sillón de terciopelo rojo, un anciano permanecía inmóvil. Sus pálidas manos sostenían un libro, en el que la atención de aquel hombre estaba concentrada.

era un hombre de aspecto bondadoso y distinguido.

00:19:05 - Sus vacios cabellos blancos se mantenerían escrupulosamente peinados, que en aquel rostro bordado de arrugas, se adivinaba la concentración de la lectura, o tal vez, de la meditación.

– Sir Frederick?

00:19:21 - La voz de Calimán hizo que el anciano reaccionara levemente.

00:19:26 - Sus manos cerraron totalmente el libro y sus ojos, casi escondidos entre las profundas ojeras, tiraron hasta a descubrir la atlética figura de Calimán cerca de él.

—¿Sí? ¿Quién? ¿Quién es usted?

—No me recuerda, Sr. Agregi.

—Los ojos del anciano se entrecerraron, como lentes de cámara queriendo apocar el objetivo. Luego, su rostro lleno de arrugas se iluminó con una sonrisa de agradable sorpresa.

00:19:57 - Calimán, mi viejo amigo, tu querido amigo, pero en verdad es usted.

00:20:05 - Por supuesto, Serpere.

00:20:09 - Los azules ojos de Calimán miraron brevemente el elegante reloj de pared y que decaba escapar las campanadas, y su resia inmusculosa mano oprimió con fuerza a la del anciano que que sonreían de la presencia de un viejo amigo, con toal a nuestra cita.

00:20:31 - Todo sí, por supuesto, lo esperaba con verdadera ansiedad, por medio de los periódicos mencere de su llegada a esta ciudad, y no pasó mucho tiempo sin que supiera en qué hotel estaba hospedado y sin pensarlo más, decidí comunicarle mi saludo y permitirme concentar esta cita. Bienvenido a Londres, amigo Calimani.

00:20:53 - Demos gracias al todopoderoso que nos permite estrechar nuestras manos como símbolo de la amistad. Pero veo que el gino usted ha acompañado.

00:21:02 - Permítanme presentarle a mí, compañero insefarrable, mi amigo y estimado Salí.

00:21:09 - Es un honor conocerlo, Sir Friedrich. Y yo a usted, caballerito, que sí merece la amistad y confianza de Carimán, hoy me siento complacido de estrechar su mano.

00:21:20 - Gracias.

00:21:21 - Pero tomen asiento, tomen asiento y dispóngase a escuchar la más extraña de las historias que jamás hayan escuchado.

00:21:45 - El sol de la mañana entraba cálidamente por el ventanal. Sir Frederick, arrellanado en el amplio sillón de terciopelo rojo, miraba sonriente a los singulares indicados que permanecían frente a él.

00:21:58 - Solín, miraba discretamente hacia la calle, pensando que la charla sería larga y se perderían de disfrutar de aquella soleada mañana para recorrer la ciudad.

00:22:09 - Pero el muchacho no se atrevía a pronunciar palabras de reproche.

00:22:13 - Kalimán deslizó su resia y baronil mano en la bolsa de su blanca casaca de seda y extractó la cigarrera de oro, que contenía los finos y aromáticos cigarrillos turcos.

00:22:26 - Los ojos del anciano se iluminaron con tíntes de añoranza.

00:22:30 - ¡Cigarrillos turcos!

00:22:31 - ¿Aun son de su predilección?

00:22:34 - Oh, sí.

00:22:35 - No los cambiaría por ningún otro.

00:22:38 - ¡Permítale!

00:22:39 - Calimán hizo funcionar su encendedor, y la débil clama encendió el oscuro tabaco, que penetró en la boca del anciano como pálsamo recomportante.

00:22:49 - ¡Maviníjito tabaco en verdad, he, he!

00:22:55 - Al aspirar el talibaroma, recuerdo los años idos.

00:23:00 - Vienen a mi memoria las sierras del medio río.

00:23:05 - ¡Vacad! ¡Te la vi! ¡Vuelva de él y todo el enrujo de las tierras misteriosas!

00:23:12 - Sí, es asombroso como un cigarrillo. Puede traernos a la mente tantos recuerdos.

00:23:19 - Me imagino que aún estamos en aquel palacio de la India, con el rajar e asim el talad.

en sus ambios jardines que emanan mil perfumes exóticos, saboreando sendas copas de Kirch y disfrutando de estos cigarrillos que usted nos ofrecía.

00:23:40 - Y planeando en esta casería del día siguiente.

00:23:43 - Oh, sí, la casería del tigre real de Vengala en la Indio.

00:23:47 - Recuerdo que fue una expedición maravillosa.

00:23:50 - Montados en elefantes nos internamos en busca de la presa y fue usted, usted digo que alimás quien cobró la primera pieza un gigantesco tigre de vengala que cayó fulminado con una bala en medio de los ojos y entonces ahora los tiempos han cambiado cambiado mucho alimás sabiste que estoy en peligro de morir

00:24:18 - ¿Qué secreto esconde ser Frederick? ¿Es el inicio de la más peligrosa y apasionante de todas las aventuras de Calimán? ¿Qué secreto surgirá de boca del anciano? ¿Londre será ese enario de otra aventura de Calimán? ¿El hombre increíble?

00:24:48 - En nuestro próximo programa habrá más emoción y misterio en el valle de los mantigos y recuerde donde se haya una injusticia que reparar o la emoción de una aventura o la belleza de una mujer. Ahí está!

00:25:18 - ¡El hombre es increíble!

00:25:25 - ¡Esta fue otra radio novela estelar de producción de RTN realizada por ALPA!

00:25:38 - Escúchela del lunes a sábado esta misma hora por RTN.

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