Episodio 3: Microficcion: Oscura Adversidad
oscura adversidad, los dos hombres sintieron lo mismo, decepción, abandono, soledad, miedo, sus proyectos se habían truncado abrupta e inesperadamente y esa fatídica realidad parecía destinada a empeorar, los dos habían confiado en el mismo estilo de vida, resignando descanso, bienestar, familia, profesión y sentían que todo había sido el mano. Sentían que habían perdido su dignidad y no veían forma de repararlo, sólo quedaba la vergüenza. La muerte lo arrasó todo. La muerte también había desnudado sus actitudes, el engaño, la mentira, la cobardía, el arrepentimiento, el deseo de haber actuado de otro modo, entonces, en la misteriosa respuesta que cada persona tiene frente a la misma adversidad, uno percibió una luz de confianza, abrigó el deseo de esperar y se ilusionó que quizá lo lejos pase algo inesperado que mejore esa situación, tuvo esperanza, el otro no, sintió que logaba la angustia, el desconsuelo, el pesimismo sobre lo que había de venir, creyó que ya no había salida y se hundió en su desesperación.
00:01:38 - Ese mismo funesto día mientras Simón, llamado Pedro, el que lo negó tres veces, arrepentido,
00:01:47 - Dios dio a empezar de nuevo.
00:01:50 - Judas, el Iscariote, el que lo entregó una vez, arrepentido, se ahorcó.
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Relatos Daniela Horsman. Texto de Jorge Ortiz.
www.jorgeortizriquel.com.ar
Oscura adversidad
Los dos hombres sintieron lo mismo: Decepción, abandono, soledad, miedo...
Sus proyectos se habían truncado abrupta e inesperadamente y esa fatídica realidad parecía destinada a empeorar...
Los dos habían confiado en el mismo estilo de vida, resignando descanso, bienestar, familia, profesión, y sentían que todo había sido en vano.
Sentían que habían perdido su dignidad y no veían forma de repararlo. Solo quedaba la vergüenza
La muerte lo arrasó todo.
La muerte también había desnudado sus actitudes, el engaño la mentira, la cobardía el arrepentimiento... el deseo de haber actuado de otro modo.
Entonces... en la misteriosa respuesta que cada persona tiene frente a la misma adversidad... uno percibió una luz de confianza, abrigó el deseo de esperar y se ilusionó que quizá a lo lejos, pase algo inesperado que mejore esa situación. Tuvo esperanza.
El otro no. Sintió que le ahogaba la angustia, el desconsuelo, el pesimismo sobre lo que había de venir.... Creyó que ya no había salida... y se hundió en su desesperación
Ese mismo funesto día mientras Simón, llamado Pedro, el que lo negó tres veces, arrepentido, decidió empezar de nuevo, Judas el Iscariote, el que lo entregó una vez, arrepentido, se ahorcó.
