Episode : Lectio Divina

00:00:00 - Las lecturas que se nos presentan para este tercer domingo del tiempo ordinario están marcadas esencialmente por una llamada. Recordemos que el mensaje del Evangelio no se dijo sólo para hace dos mil años, sino que está vivo aún hoy para nosotros. Es por eso que la la llamada que Jesús hace a cuatro de sus discípulos, es también una llamada para nosotros.

00:00:30 - Debe resonar en nuestros oídos y en nuestro corazón ese los arepescadores de hombres.

00:00:38 - En la primera lectura del libro de Jonas cabe resaltar que por aquella época la fe del pueblo se movía entre luces y sombras, pues no tenían aún la plenitud de la revelación y el mensaje que lleva Jonas, enviado por Dios a mi nivel, nos parece no muy agradable, pues les anuncia una destrucción inminente, sino cambiaban su conducta. Evidentemente no es un mensaje tan esperanzador, aun así aquel pueblo a ejemplar, ya fuera por temor o por un verdadero arrepentimiento, cambian de conducta y vuelven su rostro hacia Dios, alcanzando así la misericordia y compasión de Dios.

00:01:26 - Nosotros en cambio hemos recibido ya la plenitud de la revelación en Jesucristo, quien viene a darnos vida nueva, que es paz y alegría, que saldo nuestra deuda con su muerte, para que podamos entrar a gozar en su reino. Esta es la buena noticia que nos manda anunciar

00:01:46 - Jesús, para esto nos llaman, para que comuniquemos en cada rincón de la Tierra la alegría de la salvación que Cristo nos ha dado a todos, para que seamos pescadores de hombres, tanto de justos como injustos. Igualmente estamos todos llamados a anunciar este alegre mensaje, no sólo los religiosos o consagrados, sino todos, porque esta promesa sea de cumplir en cada hombre y mujer que Dios ha creado.

00:02:22 - Sólo basta con que le creamos a él, que creamos en sus palabras y que vivamos según el Evangelio.

00:02:30 - Consejo de esto nos da San Pablo en la carta dirigida a los corintios cuando dicen que vivan como si no se alegraran, como si no estuvieran comprometidos, que los que tienen como si no poseyeran, los que disfrutan del mundo como si no lo hicieran.

00:02:49 - Con esto San Pablo no quiere ser un agua fiestas o eximirnos de las responsabilidades con naturales de esta vida, sino que más bien nos invita a que nuestro corazón no se apegue a nada, a ninguna circunstancia efímera de este mundo.

00:03:07 - Y así nuestros corazones, libres de todo afecto u apego, puedan elevarse hasta nuestro Dios.