Episodio : 89. Reunión del Concejo Municipal.

00:00:00 - Se llamó al señor Alcalde Averruecus para que nos ayudara a conformar comisiones y desde ya vayan a las casas donde vivían los dueños de los terremes, los convenzan y nos puedan vender esas tierras.

00:00:28 - Revenido el consejo, se hizo el siguiente orden.

00:00:32 - Primero, llamada de lista y constatación del poro.

00:00:36 - Segundo, lectura del decreto por el cual se cita el consejo a sesiones extraordinarias.

00:00:43 - Tercero, informe de labores del padre Epidipi de todo lo que se había hecho en Bogotá.

00:00:51 - Cuarto, exposición de motivos por Julio Martínez Erazo.

00:00:55 - Debate sobre el traslado de partidas pequeñas para rendir la suma de 68.000 que costaba la compra de los terrenos con el fin de cumplir con el requisito, requisito último que nos pedían de Bogotá, 6 proposiciones varias.

00:01:14 - A las tres de la tarde salimos satisfechos porque el Consejo aprobó por unanimidad el acuerdo para cumplir con estas obligaciones para poder lograr un programa tan maravilloso como era la concentración de desarrollo rural.

saliendo del consejo llegó el notario del amión y de inmediato se inició la colaboración, la elaboración también de las escrituras con los dueños de los predios en el salón parroquial. A las 11 de la noche se terminó las escrituras y salimos al amión Vía Rosa por vida porque no existía la carretera de Ruedes Martín. Nuestro almuerzo fue una comida ligera que tuvimos a eso de las siete de la noche. Entre una y dos de la mañana estábamos tocando las puertas de los empleados del registro para lograr legalizar las escrituras. A las las cuatro y media de la mañana terminó el registro y salimos con las escrituras bien legalizadas rumbo al aeropuerto de Chachaguí, a las siete de la mañana salimos para Bogotá y llegamos al aeropuerto a las diez de la mañana. El avión aterrizaba en Popayán y Cali, a las once de la mañana estuvimos en el Ministerio de Educación con las escrituras que nos habían pedido dos días antes pero con la misma ropa sucios sin afeitar llenos de barro y sueño, despeinados, cansados llenos de polvo por las carreteras destapadas que habíamos transitado sin dormir pero contentos por haber cumplido con este reto.