Febrero  1, 2021 | Temporada #2

Episodio : 27. Traslado a la P.M. Cali

En 1959, cuando juraron bandera, los familiares de de los reclutas compañeros, Julio Martinez, no recibió visita, a causa que su señor padre estaba en la cárcel y fue un día triste, pero a su vez los trasladaron para la ciudad de Cali a la Policía Militar,
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00:00:00 - Traslado a Cali a la Policía Militar, en enero de 1959 curamos bandera. Ese día fueron los familiares casi del 60% de los soldados y en mi caso no pudo ir nadie porque papá estaba en la cárcel y mientras la mayor parte de los soldados pasaban una tarde feliz con sus familiares y comiendo de todo lo que les llevaban nosotros la pasamos aburrido y bostezando. Un día del mes de enero de 1959, nos hicieron formar en la plaza de armas con el fin de programar el traslado del personal a otros cuarteles de Colombia. Después de estar formados más de dos horas, pasó por el lado de mi teniente guerrero, quien me estimaba bastante y le pregunté. Mi teniente, esta pila parada donde la manda, él me contestó para Medellín. Yo angustiado le dije, mi teniente, yo en Medellín no tengo amigos y conducidos, pero en Cali sí. Al rato trajo un aúd soldado que estaba en la pila de los que iban a Cali y me pasó en su lugar a mí. Después me trasladaron junto con 120 soldados a la Estación del Perrocarril para enviarnos a la Policía Militar PM de Cali, de la Estación del Perrocarril hasta

00:01:57 - Chipichape y el cuartel eran solo potreros. Había un edificio cerca de Chipichape de seis pisos, que era el edificio venezolano y era en ese tiempo el más alto. Allí estuve veinticinco días en las filas y por recomendación en la hoja de vida pasé a reemplazar a un soldado que salió de baja y trabajaba en el comando. Mi capitán Jaime Bernal se encariñó con mi trabajo y yo trataba de hacerlo bien para no tener ningún regalo. Al mes de estar en la policía militar o sea en febrero del 59, llegó el hermano Gerardo a visitarme a las 8 de la mañana. Él estaba trabajando en el colegio Champañal de Bogotá y había venido a Cali al colegio San Luis Centro y aprovechó para ir a verme. Yo solicité un permiso al capitán Jaime Bernal para salir y me concedió hasta las seis de la tarde.

00:03:06 - Con el hermano nos trasladamos al colegio San Luis Centro, me presentó al portero y varios hermanos y después de almorzar fui a conocer el champañán que quedaba en el hipódromo y dimos unas vueltas en bus y después de tomar un café regresé al cuartel, en ese tiempo estaban construyendo el colegio San Luis Lomo. Al mes y medio, marzo del 59, había ido a pasearse a Cali donde dio Medes Alfonso Erazo, que en paz descanse. Aprovechó ese viaje para irme a visitar, me llevó unas panuchas de berrecos hechas en casa, el sueldo de cada soldado era 10 pesos, y con eso teníamos que comprar las medias, la poma de abrazo para brillar la chapa y las estoperolas, el vetún para brillar las botas, el jabón y el dentrívico, para ahorrar nos dejábamos las medias hasta que solo quedaba la mitad del pie para arriba.

00:04:12 - Una vez llegó un general de Bogotá a una visita y en la relación del personal nos hicieron sacar la bota derecha a todos los soldados. Y la sorpresa fue que 120 soldados estábamos con las medias a mitad del pie. Nos preguntó que por qué lo hacíamos y nosotros contestamos, la verdad es que, con esa plata que recibíamos no nos alcanzaba para nada.

00:04:39 - Inclusive para salir a la calle teníamos que hacerlo a pie. El general ordenó al capitán y al almacenista dotar de tres pares de medias a cada soldado cada tres meses.

00:04:51 - A los ocho días de estar en la policía militar, nos pusieron a trotar en la plaza de armas y llegó un capital montado en un caballo brilloso y castallo y nos dio la orden de salir a la calle en formación y seguir trotando hasta Yungo que estaba a 21 kilómetros de Cali y llegamos a Yungo y después de darle una vuelta a la plaza, salimos de regreso rumbo al cuartel de la Policía Militar sin descansar. Solo llegamos a Cali ocho soldados todos narinenses campesinos y los demás que se iban agotando en el camino los recoge a un camión. Esa constitución física la adquirí desde niño cuando iba a la unión y en mi trabajo material en Olaya. El capitán al mirado que llegamos a la plaza de armas del cuartel y seguimos trotando el cuadro al contorno de la plaza, se quedó mirándonos y nos dio la voz de algo. Vego nos dio una felicitación y diciendo que en el cuartel contaba solo con ocho berracos y 112 delicados que en vez de tener uniforme debían de tener una parte.

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