Episodio : 158. Compra de un carro oficial.
00:00:00 - Compran de un carro oficial. Para el desplazamiento del alcalde compré un Toyota y lo guardaba en el garaje de la caja agraria, asegurando el portón de hierro con una cadena y candado.
el transporte era difícil y muchas veces uno llegaba de pasto y encontraba en la alcaldía un telegrama informando que tal día había una reunión importante de alcaldes en pasto o en un municipio.00:00:42 - Esto despertó la envidia de varias personas, me cortaron un candado que ponía a los opositores políticos para que no pueda sacar el carro, pero yo ordenaba a la policía que acompañen a don Pedro Serón para que corte este candado con una cegueta. No contentos con esto me cortaron los frenos nueve veces y los hice cambiar por tubo de cobre y estos me lo limaban, me lo limaron cinco veces para que se derrame el líquido y el carro quedaba sin frenos.
00:01:18 - En total fueron nueve veces. La primera vez que se me fueron los frenos fue saliendo de huecos en la bajada de la escuela y lo que le vale a uno es tranquilizarse y de inmediato cajear a primera antes de que coja velocidad y el carro sigue andando pero no cogeviada.
00:01:40 - En el plan y de su vida hacía los cambios y cuando iba a llegar a una bajada lo ponía primera y seguía hasta llegar a pasto por la antigua vía. El carro alcanzaba a llegar al taller que estaba a la entrada donde era cliente y gritaba que lo empujen porque venía sin prendas.
00:02:03 - Había un empleado del taller que era de San Rafael, del municipio de San Lorenzo, de nombre Clemente y yo le daba una propina para que me lo arregle, lo cuide y me lo entregue al día siguiente por la tarde. Los martes tarde llegaba a Verruecos y cuando lo llevaba al garaje los que me cortaban los frenos se les sentía la rabia de ver que no me había pasado nada.
00:02:31 - El candado no servía porque como topos escarbaban la tierra por debajo de la reja del garaje y entrar a cortar o limar los tubos para que se derrame el líquido de frenos. Para estar más tranquilo nombré un celador decidido para que cuide el carro y duerme allí cuando lo necesitaba para salir lo hacía revisar bien. Con todo lo anterior me di cuenta que cuando a uno se elevan los frenos, se mata es porque se asusta y no se acuerda de asegurar el carro con la caja y por otra parte cuando uno acude a Dios es Él que le da valor tranquilidad para hacer el cambio a tiempo después me acostumbré a frenar antes de comenzar una bajada y si el treno estaba bien bajaba en segunda o tercero
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