Febrero  1, 2021 | Temporada #1

Episodio : 08. Gerardo estudia en la Unión - Nariño

Mi hermano Mayor, Gerardo María Martínez Erazo - Q.E.P.D, Empieza a estudiar en la Unión - Nariño. En este episodio, nos daremos cuenta como era la infancia de los niños de 7 a 11 años de la Época, en donde par estudiar, tenían que desplazarse hasta por 40 kilómetros por caminos agretes.
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00:00:00 - El Arto va a estudiar a la Unión.

00:00:28 - En 1948 mi hermano Gerardo fue a estudiar en el Instituto Juanambo de la Amnión, la alimentación y la pieza era donde la señora Teófila Rodríguez, una señora muy amable, le decíamos la negra Teófila. Todos los lunes salíamos a las 3 de la mañana, Gerardo a caballo y yo descaso 7 años y medio a pie y estábamos llegando a las seis y media al amnión, doña Tiófila nos daba un café, Gerardo se iba al colegio que entraba a las siete de la mañana y yo me regresaba para Berruecos. El caballo descansaba mientras tomábamos el café y se recorría una distancia de una distancia de 20 km en total 40 km por caminos pésimos, hoy en día en carro de apereza. Los bienes salía de Berrecos a las 12 meridiano para la unión y llegaba a las 3 y media. Allí me esperaba Gerardo, nos tomábamos un café y a las 4 de la tarde él se montaba el caballo y yo lo seguí a pie hasta Berruecos y llegábamos a las siete y media de la noche, así me tocó un año de lunes a viernes y sábados tenía que ir a hacer una jornada de siete horas bien caminadas, o sea 40 kilómetros, porque teníamos que llevar cargas y traer cargas de la unión con un recorrido igual manejando animales acompañado de mi hermano José

00:02:13 - Antonio y por dos criados. Para cargar y mover la carga de Berruecos se llevaba lo que se producía y la unión había muchas cosas que traer para los comerciantes. Los caminos en invierno eran demasiado horribles, con una desigualdad en el terreno en que alternaban zanjas o baches que se formaban por el correr de las aguas, lluvias y el paso frecuente de los animales. Había pasos tan malos hasta unos 120 metros de largo totalmente intransitables en donde los animales se enterraban y no podían salir. Había que descargarlos, pasar los bultos al hombro y pasar el animal de tiro por las orillas y cargarlo en lo bueno.

00:03:10 - Con mi hermana me encargaba de tirar los animales y los creados cargaban los bultos, ha remangado los pantalones más arriba de las rodillas, muchas veces estaba lloviendo.

00:03:24 - Llegábamos con las cargas a la unión e íbamos a descargar donde el destinatario, aprovechábamos para conseguir la carga para Berruecos, cargábamos y continuábamos el viaje de regreso, muchas veces aguantando y tolerando el camino más un invierno muy recio, para el camino comprabamos una mano de bananos y una botella de chicha para llegar al morzar a Berruecos.

00:03:54 - En 1949, Gerardo pasó a pasto a estudiar en el Colifio San Felipe Neri, que quería ser sacerdote y en octubre de 1950 pasó a estudiar al postulantado de Popayán de los hermanos baristas, José Antonio ingresó al juniorado de Popayán el mismo año.

00:04:24 - En agosto de 1950, cuando iba a cumplir 10 años, mamá me invitó a la vereda de la Loma a una hora de Huensaco y a ocho horas de besuecos, donde los padres filipeses tenían una hacienda llamada la Loma.

00:04:44 - Y allí pasaban el verano junto con los aspirantes de San Felipe.

00:04:50 - Gerardo estaba estudiando para sacerdote, venía y aprovechábamos para ir a ver.

00:04:57 - Mi mamá tenía aproximadamente unos cuarenta y cinco años y salimos para Huesaco a pie por el camino viejo, pasando por el puente del socorro y salíamos a las cinco de la mañana y a la una de la tarde después de ocho horas de camino llegábamos a la vereda a la Loma, siguiendo el antiguo camino nacional 40 km aproximadamente. Mi mamá había sido muy amiga de la señora del mayor tomo que administraba la finca y nos quedamos 10 días.

00:05:38 - En las horas de recreo y después de las 4 de la tarde y por la noche y después de la cena, podíamos vernos congelar. Todas las mañanas había misa. Terminados los 10 días, regresamos nuevamente a Pía Berruecos. A las 8 de la mañana, después de ir misa y cargando lo que nos regalaban, llegamos a las 4 de la tarde, después de soportar todo ese calor de agosto, en la cuesta o subida del Juanambú a Berruecos. Tomábamos agua de pozos sin tratar donde se paseaban unos animalitos como araña, grillos y nuestro gato o fiambre eran el famoso aquo con panela, maestros tardes molidos con bastante panela y maduros, la cara totalmente enrojecida por el calor y el cabello mojado y dejando rastros de sudor con polvos al lado de las mejiles. Gerardo me regaló unos vallos con carranplones, casi nuevos, se les decía carranplones a los zapatos porque tenían clavos y cabezones como los de Rad, en toda la suena el tacón era una moda. Yo nunca había usado zapatos, puse los zapats a los 10 años que fui al colegio y el domingo siguiente me los puse y al entrar a la iglesia para oír la misa no podía caminar sobre la baldosa y teniéndome de la pared llegué a la sacristía porque yo era acólico. Cuando el padre salió para celebrarlo seguí teniéndome del hombro de un compañero y a la hora de la comunión me olvidé que estaba con esos cuayos y salgo con la patena atrás del padre, pero los zapatos no los pude manejar y me fui al suelo dándome un golpe en la cabeza. Como a la hora de haberse acabado la misa estuve despertando en la sacristía del golpe, solo y la cabeza bien mojada. Sacristando

00:07:50 - Rafael Córdoba, quien fue a descanse, me había frotado la cabeza con agua bendita a ver si así volvía. Me saqué los carramplones y salí con ellos debajo del brazo y no me los volví a poner más, los regalé. Cuando uno caminaba por la calle a los 100 metros parecía que venía un caballo errado por lo rudo que se pisaba.

00:08:26 - Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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