Febrero  1, 2021 | Temporada #1

Episodio : 07. Botiquín Casero

En aquella época, no existían puestos de salud, ni mucho droguerías, ni similares, entonces se recurría a los remedios ancestrales o remedios de la Abuela, donde la naturaleza brindaba soluciones a través de las plantas.
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el botiquín que nuestras arvuelas nos daban era una porción de paipos con ajo para las bubices y al día siguiente uno votaba cantidades. Cualquier remedio que fabricaban en casa era muy veo, pero efectivo. Todos estos remedios y la emulsión de escod, un suplemento vitamínico sin ningún sabor nos daban alabraba. Nos cogían de la nariz y de inmediato estaba remedio en la boca y para poder respirar y que lo suelte rápido uno tenía que tragar lo que le daba. Cuando aún uno tenía gases mi mamá iba a la cocina y en una taza con agua le echaba unas tres plazas grandes del fogón y llenas de cenicia y le daban a tomar. Para quitar la viria los niños cogían verbena, las machacaban en la piedra y luego le echaban un poco de agua y se le daban alabraba, amarga como la hiel y con una ramada le asotaban las nalgas el gran remelda. Cuando se acababa o no había bicarbonato para echarle a la masa morra para que el hablan del maíz le echábamos elegía. Cuando le dolía la cabeza y había mareo echaba dos afíes al fogón y si reventaba era malviento y si no reventaba era un dolor de cabeza normal según esto era el remedy.

00:02:05 - Para el mal viento le daban un agua aromática y quemaban la yesca de huma gué y le ponían a oler junto con el coleo, si era dolor de cabeza mandaban a comprar un beramón.

00:02:20 - Cuando había un robo y dejaban la huella del pie, o sea, descanso, le quemaban esa huella con brazas del bogón, rezando una oración, y el ladrón empezaba a empollárselo la pierna y a llenarse de llagas el pie. Y si no sabía la contra, se moría. La contra era ir donde el que le rogó, dar la cara, pedir perdón y después de hacer una oración en la huella del pie, el enfermo empezaba a tener mejoría. Esto no lo hacíamos en nuestra familia, por lo general, esto lo hacía la gente bien ignorante.

sucedía la mortadura de una culebra, lo primero era hacer un torniquete para que no se riegue el veneno dentro del cuerpo, además de no pisar agua, de inmediato mandaban a un peón a kilómetros de distancia con los datos precisos donde curandero para que le explique con lujo de detalles y correctamente dónde lo picó y qué clase de culerra era. El especialista en estas curaciones, señor Olegario Martínez Grigalba, que en paz descanse, que vivía a una hora del pueblo, él, comedidamente desde donde estuviera, hacía una oración a distancia y le calmaba el dolor y lo tranquilizaba, hasta que él pudiera llegar y con otras oraciones lo curaba. Olegario se caracterizó por ser un paciente muy paciente con los enfermos llamaba mucho la naturaleza. Muchas veces del hospital de la unión lo vinieron a llevar para que curara unos enfermos ya que los médicos no habían podido hacer nada por falta del antidor. Las buzaneras del ganado las curaba de lejos, arreglando previamente el precio. Cuando el ganadero llegaba al potrero encontraba el ganado limpio. Él me decía que todo esto le había prendido en el rosario narino. Además era el que curaba las lisiaduras o fracturas y luces.

00:04:54 - Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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