Marzo  24, 2021

Episodio 9: Un sistema diseñado para fracasar. El mejor acto de rebeldía, pensar, exigir y actuar.

Un reflexión sobre el sistema y la violencia que trae consigo.
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Episode cover: Un sistema diseñado para fracasar.  El mejor acto de rebeldía, pensar, exigir y actuar.

Música: Camilo Monery

Hola, mi nombre es Andrés Novoa y esto es KWX kuwoxati podcast.

Episodio No 9

Un sistema diseñado para fracasar.

El mejor acto de rebeldía, pensar, exigir y actuar.

Preludio

Todos los hombres y mujeres somos iguales ante la ley, eso sí, hay unos mas iguales que otros. Es una frase con la que quiero empezar, y es que el sistema definitivamente está diseñado para que fracasemos, para que nuestras decisiones estén basadas más en la necesidad que en la oportunidad y por supuesto que en la felicidad, donde unos parten en esta vida con una ventaja significativa por lo que el sistema les da por un apellido, por una cuenta bancaria o una posición. Los ricos cada vez son más ricos mientras los que nacen en condiciones de pobreza no cuentan con mayores oportunidades para intentar salir de allí. La lógica propuesta por el sistema, es una antilógica vista desde el sentido común que es el menos común de todos los sentidos. El poder como parte fundamental del sistema se basa en imponerse unos por encima de otros, en establecer estereotipos y estructuras de dominio, además de incorporar herramientas para que los que se han hecho del poder sigan estableciendo los parámetros del fracaso. Cada ley justa debe ser cambiada, debe contener en si misma la letra pequeña que condiciona todo. Este episodio es un pequeño análisis del sistema, las zonas de confort que construye para que la gente esté bajo control, y la experiencia que acumula para derrumbar la expectativas y objetivos personales y convertirlos en expectativas y objetivos del sistema.

Puntos de fuga

Cuando empecé a pensar en este tema, lo primero que se me vino a la cabeza fue el libro de Franz Kafka, “El proceso”: La historia de una persona que termina implicado en un proceso judicial que se va creciendo a medida que la burocracia y los intereses de algunos van enredando la madeja de tal manera hasta que uno no sabe que pasó en realidad. Ese es el sistema, ese laberinto de múltiples bifurcaciones que lo único que nos permite es recorrerlo y esperar a ver que pasa, porque eso sí, siempre nos sorprende. El tema por lo general es que los laberintos se resuelven, pero acá todo puede ser posible, todo lo inimaginable ingresa en el espacio sistémico del fracaso anunciado, no todos somos iguales y al sistema y a los poderosos les interesa ir agotando nuestras esperanzas y posibilidades hasta el punto de que nos conformemos con lo que hay. Y es que no todos iniciamos esta carrera en la vida con las mismas oportunidades, una persona por apellido o relaciones de poder siempre tendrá el camino ya realizado, una palanca, millones de oportunidades, una llamada puede resolver cualquier cosa, mientras que una persona de clase media o baja, tendrá que partir en desigualdad de opciones. Partamos primero de aquellos que no tienen el dinero ni el abolengo, desde el punto de vista de la vida, deben trabajar día a día para sobrevivir, deben pasar por millones de pruebas y son estereotipados como malos a veces sin serlo, y a veces obligados a asumirlo.

Miremos el caso del acceso a las oportunidades. Son muy pocas personas con acceso a rutas fáciles para conseguir lo que quieren dentro del sistema, y otras que logran saltar todos los obstáculos y realizar proyectos que salen adelante y se convierten en rentables. Estos son la gran minoría, pero manejan el mundo. Las grandes élites se alimentan a si mismas, con redes exclusivas y poderes ya determinados. No importan los méritos, la preparación o la idoneidad, las posiciones de poder en la mayoría de oportunidades pertenecen por herencia o por conexiones, o no se les hace raro la cantidad de pelotudos que hacen parte de un gobierno, o de una empresa, ocupando cargos altos sin tener ni la menor idea de lo que hacen, solamente son amigos de alguien que los colocó ahí. Reconozco a una cantidad de personas de mierda con muchas oportunidades y mucho poder, por el contrario, conozco a muchas personas preparadas con puestos de mierda. El sistema los ha llevado a ser conformistas y a tener miedo, a solamente vivir para trabajar con tal de llegar a fin de mes. El endeudamiento es parte esencial de las estructuras de control, los objetos de deseo se bombardean constantemente a través de la publicidad, la desinformación presentada por los medios hace parte de nuestro día a día, y los discursos hegemónicos instauran conceptos contradictorios difíciles de digerir, pero al fin de cuentas aceptados sin discusión alguna.

A veces me pongo a pensar de una manera cruda, el acceso a oportunidades que tienen las personas que se encuentran catalogadas en la pobreza. La lucha del día a día, estudiar en medio de la precariedad para tratar de graduarse para acceder a algún empleo que al final de cuentas no le da mayor cosa que un salario mínimo, y ya entrando allí son pocas las oportunidades de crecer. No quiero demeritar ningún trabajo, pero todos merecemos oportunidades, algo mejor, no tener que ser conformistas. Y esto me rompe los huevos. Por eso es que muchos jóvenes, viendo como sus padres se matan por darles las pocas oportunidades que tienen, quieren romper con esas prácticas y lo intentan de manera distinta, algunos deciden estudiar para tratar de hacer algo mejor, algunos otros lo intentan y terminan fracasando y al final siguen el camino de sus padres y otros tantos que se cansan de ver todo lo que pasa y el poco acceso que se tiene a una mejor vida, que al final siguen el camino del dinero fácil. Es muy sencillo juzgar, porque el sistema mismo dentro de sus parámetros y estereotipos impone juicios de valor constantes, asignando palabras que no dan el beneficio de la duda, pero nunca se ponen a pensar en la raíz del problema, porque las personas buscan otras oportunidades distintas al dinero fácil, la violencia o el delito en las clases bajas. El sistema lleva a muchos a tomar esas decisiones, pero al sistema no le interesa buscar soluciones a esas problemáticas, ya que ellas son las que los mantienen.

Al final uno se pregunta, ¿estudiar para qué? ¿Qué opciones se tienen? El sistema te obliga a estudiar para buscar mentes conformistas, te obliga a trabajar para fracasar una y otra vez. Que no sientas ganas de luchar, fracaso tras fracaso. También el acceso a los derechos no es el mismo, las personas debemos mendigar salud, y eso que se paga mes a mes, cada vez son menos las personas que se pensionan y cambian las reglas de juego todo el tiempo, pero es obligatorio pagar mes a mes para la jubilación, el acceso a la educación debería ser gratuito, pero lo único que pasa es que los jóvenes deben endeudarse con el ICETEX o con los bancos y pagar hasta 4 veces lo que les prestaron, todas las personas deberían tener el derecho a la defensa, pero la justicia es para quien tiene dinero para pagar pulls de abogados. La justicia es de cuello blanco y corbata, los abogados son expertos en defender a los poderosos que pueden hacer lo que quieran sin ser condenados, aplazando decisiones, comprando jueces o fiscales, o como pasa en nuestro país, traficando con testigos, pero cuantos inocentes hay en las cárceles porque nunca tuvieron el acceso al derecho a la defensa.

El sistema está hecho para que unos tengan el poder y para que otros sirvan. Los lenguajes se instauran para que esto se perpetúe en el tiempo, los medios de comunicación son de los mismos poderosos, y todo es un círculo vicioso de nunca acabar. La mala calidad de vida y el sufrimiento de unos, es el buen vivir y manejo de poder de otros, quienes acomodan las normas a conveniencia y cambian las reglas de juego constantemente con el fin de seguir en el lugar privilegiado que les ha dado el sistema. Es tan fuerte el tema del lenguaje que las estadísticas se cambian con tal de aplicar nuevas normas de juego y nuevos discursos, es el caso que ocurrió en Colombia en donde se determinó que para ser pobre se debe ganar menos de 190.000 pesos al mes (alrededor de 48 dólares) siendo que el salario mínimo es de 908.526 pesos al mes (alrededor de 228 dólares al mes). Esto quiere decir que, si gano al mes más de 50 dólares, ya no soy pobre, ¿en que cabeza cabe eso? El lenguaje es también uno de los mayores contenedores de violencia y se aplica constantemente por parte de los poderosos para seguir arriba, para que las relaciones de poder no cambien, para mantener esquemas de verticalidad sobre los demás y hacer que el sistema se vea en términos mediáticos como funcional, pero que a fin de cuentas sea meramente un sistema diseñado para fracasar.

Los índices de pobreza superan el 50% de la población, la violencia se ha incrementado en las principales ciudades de una manera abismal, la corrupción es un cáncer incontrolable, los pobres cada vez son más pobres y los ricos más ricos, las falacias están a la orden de la esquina, y cada persona debe intentar acomodarse en las reglas de juego existentes variables y acomodadas para algunos pocos. Cuando la norma ayuda hay que cambiarla, los intereses de unos pocos siempre estarán por encima de la mayoría. También hay formas de defendernos que por lo general se pierden en la corrupción y la burocracia, tutelas, denuncias, quejas, referendos, etc., son muestra de que si realmente tuviéramos la voluntad podríamos hacer que el sistema no sea una institución del fracaso sino del cambio, porque exigir nuestros derechos no debería ser una contravención sino el orden natural y orgánico que nos da el vivir en sociedad.

Reflexiones finales

El mayor acto de rebeldía en tiempos donde el sistema nos condena al fracaso es pensar, actuar, aplicar los mecanismos que nos dan las reglas, no quedarnos callados y no comer entero. Todos tenemos derechos y hay que exigirlos, si lo tratan de rebelde o de izquierda por exigir lo que por derecho tenemos, está al frente de un ignorante.

Hay que ser un estratega, conocer las reglas de juego y estar atento a los cambios que constantemente nos quieren hacer para acomodar el juego. No solamente estamos frente a un sistema que prioriza y selecciona a unos pocos con poder, estamos ante un sistema acomodativo y dinámico, conveniente para pocos y fatal para la gran mayoría.

Hay que volver a resignificar los conceptos que han tergiversado los discursos del sistema, por ejemplo, el éxito no es el resultado, sino el camino que recorremos, ser inconforme ante las situaciones no significa ser un enemigo público sino exigir los derechos, creer en el cambio no significa pasar por encima de los demás, sino transformar todo con el fin de construir de manera colectiva para el bien de la mayoría.

Intente ser feliz. Busque sus objetivos, no se rinda, no se conforme. Hay un mundo maravilloso de oportunidades que no reclamamos por creer que no hay nada más. Todos merecemos ascender, construir, transformar y ser felices, que nunca se les olvide.

Si en algún momento encuentra la oportunidad y asciende, no copie los modelos antiguos que solo han perpetuado las desigualdades. Confíe en las personas, alégrese por las buenas cosas que les pasen a los demás, sepa gestionar talentos, siéntase orgulloso si alguien asciende también, no sea una mala persona, sea un buen jefe, escuche a los demás y su entorno. No se parezca al perpetrador del sistema que nos condena al fracaso. El cambio comienza por uno.

Esfuércese por lo que quiere, por lo que sueña, persiga siempre sus objetivos, llegará el momento. No se deje embaucar con las noticias, con las zonas de confort, con el entretenimiento que solo distrae de lo verdaderamente importante. Usted debe ser la prioridad si quiere avanzar y no caer en el sistema que propone el fracaso. Hay que romper el sistema no dejando que nos meta en las zonas de confort que nos conllevan a perder la esperanza y no querer luchar. Lo puede lograr. Yo por lo menos creo en usted.

Con esto acabamos este episodio de KWX Kuwoxati podcast, no se olvide de sus sueños, de sus metas, de su vida. El fracaso es un tema que el sistema le quiere imponer, pero lo podemos contrarrestar entendiendo quienes somos y como nos queremos proyectar. Sígame en @camaleonenojado en Instagram, en @AndrésNovoa en Facebook, o escriba a través de la plataforma de podnation.co, o escríbame a [email protected] Nos encontramos pronto. Buena energía.

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