00:00:00 - En estos versículos que hemos leído de Juan capítulo diecisiete, el Señor Jesús lleva un orden en su oración y dice que él levantó sus ojos al cielo y dirigió su voz al Padre.
00:00:17 - Es necesario levantar nuestra voz, es necesario que nuestra oración sea audible, que lo hagamos en alta voz.
y él está hablando del propósito con el cual el vino a la tierra dice glorifica a tu hijo y es lo que nosotros como hijos de Dios necesitamos reconocer que Jesucristo se ha glorificado a través de nuestras vidas que Jesucristo se ha glorificado a través de nuestras palabras de nuestra conducta de nuestra obediencia de nuestra integridad que Jesucristo sea evidente en nuestros actos y por eso no solamente el clamar que en el corazón de las personas haya paz no solamente el pedir al señor que es la violencia que tengamos un gobierno justo ese es como lo externo pero lo principal es que tú y yo como hijos de Dios podamos tener claro el propósito con el cual Dios nos llamó, que desde el detalle de nuestra vida, de cómo convivimos con nuestro esposo, los padres, los hijos con quienes estemos en el hogar, desde allí podamos glorificar al Padre que Jesucristo se ha visto a través de lo que nosotros hacemos, porque muchas veces queremos tal vez pedir que haya paz, que sece la violencia, pero eso está sucediendo en el interior de nuestros hogares, eso está sucediendo en la relación más cercana que tengo en casa, que lo que nosotros estamos pidiendo, primero, seamos conscientes que lo estamos experimentando, que lo estamos viviendo en nuestra intimidad con el Señor, en nuestra soledad tal vez donde nadie nos ve sino solamente Dios, que eso también estemos viviendo.