Episodio 1: "Ven y encuéntrame otra vez"
00:00:00 - Hola, ¿cómo estás? En esta oportunidad quiero presentarte una de las reflexiones de mis devocionales titulados enfocados y en esta oportunidad este devocional se llama o está titulado Ben y Encuéntrame otra vez. Dice el libro de San Juan, capítulo 1 verso 3, en la versión lenguaje actual, Simón Pedro les dijo me voy a pescar. Ellos le dijeron nosotros también vamos contigo y fueron y entraron en la barca y aquella noche no pescaron nada.
00:00:35 - La reflexión dice lo siguiente, siempre hay una nueva oportunidad, si Dios no renuncia a nosotros tampoco nosotros renunciemos a Él. No permitas que el fracaso, la disilución, el desánimo ni nada te aleje de su gran amor. Por eso te invito a reflexionar dónde te encuentra Dios en este día. ¿En qué estado te encuentra el Señor? Acompáñame, verás que no eres el único ni la única. En el pasaje milico mencionado arriba, vemos que
00:01:05 - Pedro volvió a las redes. Esta situación se da luego de que negara a Jesús tres veces y este fuese crucificado. Pedro le había fallado, le había dado a la espalda a Jesús. Todo lo acontecido, lo llevó a tomar una decisión, volver a su vieja vida, tras las redes, las barcas y los peces. Tal vez al igual que Pedro, alguna situación te impulsó a volver a tus viejas andanzas, a tu vieja vida. No digo que esté bien o mal, pero cita seguro que Jesús te irá a buscar. Quizás Dios hoy te encuentre como a Pedro, volviendo a las redes, o como Dan y a Eva te encuentran escondido detrás de un arbusto por la vergüenza del pecado, o tal vez te encuentres como a Jonas, huyendo del llamado, o tal vez como ananías y safía que los encontró mintiendo, tal vez
00:01:56 - Dios hoy te encuentre como a los discípulos, durmiendo sin poder velar en la oración o como a Tomás lleno de incredulidad, pero dejame decirte, no te asustes, no te estoy juzgando, solo estoy describiendo realidades por las que alguna vez hemos pasado nuestra vida. Dios también te puede encontrar hoy como Ana, la madre de Samuel, orando con confianza y esperando su milagro, o como María, que estaba sentado a los pies de Jesús, escuchando su palabra. En fin, lo más importante no es donde Dios te encuentre hoy, sino que te dejes alcanzar por él. Su gracia y su misericordia son iragotables. Dios nunca renunciará a una oveja perdida o descarriada. Nunca le cerrará la puerta a ese hijo prodigo que tomó el camino equivocado. Solo te preguntará, ¿me amas? Tú solo responde, tú lo sabes todo. Sabes que te amo.
