00:00:00 - Un día una pequeña abertura se produjo en un capucho, un hombre se sentó y observó la mariposa por varias horas, mientras ella se esforzaba por atravesar aquel pequeño agujero.
00:00:12 - Parecía que había hecho todo lo que podía, pero no conseguía agrandarlo. Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa, tomó una tijera y abrió el capucho. La mariposa pudo salir fácilmente, pero su cuerpo estaba marchito, era pequeño y tenía las salas arrugadas. El hombre siguió observándola porque esperaba que las salas se desarrollaran para ser capaces de soportar su cuerpo, pero nada ocurrió.
00:00:40 - En realidad la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo marchito y unas salas encogidas. Nunca fue capaz de volar, lo que el hombre en su gentileza y voluntad de ayudar no comprendía, era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a través de la pequeña abertura, era la forma en la que ella solo estaría lista para volar una vez que se hubiese liberado del capucho.
00:01:09 - Algunas veces el esfuerzo es exactamente lo que necesitamos en nuestra vida.
